
El dengue ya dejó de ser un fenómeno acotado a zonas tropicales. La combinación de urbanización acelerada, viajes internacionales, temperaturas más elevadas y lluvias intensas ha impulsado la circulación del virus a territorios donde hasta hace pocos años solo se registraban contagios importados. Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), casi la mitad de la población mundial está expuesta y cada año se contabilizan cientos de millones de infecciones. En ese contexto, el dato científico que emergió recientemente -la confirmación de que una vacuna tetravalente mantiene protección sólida durante siete años- implica un cambio de escala en materia de prevención.
A su vez, la vacuna puede administrarse junto con otras inmunizaciones que forman parte de los calendarios habituales -como hepatitis A, fiebre amarilla o VPH- sin disminuir su inmunogenicidad ni comprometer la tolerancia. Esa compatibilidad representa otro componente operativo a favor: simplifica los turnos, reduce visitas al vacunatorio y mejora la adherencia, un aspecto que suele ser crítico en programas preventivos.
Desde su primera aprobación, en Indonesia en 2022, Qdenga fue autorizada en 41 países. Hasta septiembre de 2025 se distribuyeron 18,6 millones de dosis. También obtuvo su inclusión en la Lista de Vacunas Precalificadas de la OMS, un sello técnico que permite a los Estados integrarla en planes públicos sin requerir evaluaciones adicionales de calidad. La ampliación del acceso es, de hecho, uno de los ejes centrales que define el posicionamiento internacional de la compañía.
No obstante, se registra actividad del vector Aedes aegypti a través de los sensores de ovipostura por lo que se refuerza la preparación con acciones de eliminación de criaderos de mosquitos (descacharrado) y ordenamiento ambiental.


