La Unión Europea dejará de comercializar la vacuna de AstraZeneca y la Universidad de Oxford debido a una combinación de factores. Aunque la demanda judicial colectiva de 51 personas en el Reino Unido por efectos adversos graves llamó la atención, la decisión de retirar la vacuna del mercado no se basa únicamente en eso. AstraZeneca afirma que se debe a la dinámica de oferta y demanda en la industria farmacéutica, así como al control de la pandemia.
La compañía señaló que, con menos casos graves de COVID-19 y nuevos plazos para refuerzos anuales, hay un excedente de vacunas de varios laboratorios. Sin embargo, la semana pasada admitieron que la vacuna puede causar el síndrome de trombosis con trombocitopenia (STT) en casos raros, algo que ya había notificado la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este síndrome, similar a la trombocitopenia inducida por heparina, implica coágulos de sangre y recuentos bajos de plaquetas, siendo potencialmente mortal si no se trata.
Los síntomas de alerta incluyen dolor o hinchazón en extremidades o abdomen, dificultad para respirar, dolor de cabeza intenso, mareos, fiebre, puntos púrpuras o sangrado inusual. Esta información sobre la STT y la retirada de la vacuna de AstraZeneca son puntos clave para informar al público sobre los riesgos y la seguridad de las vacunas contra la COVID-19.