Este sábado, es feriado nacional. El año pasado, el Gobierno promulgó la Ley que incorporó al calendario oficial el feriado del 17 de junio en conmemoración de la muerte del general Martín Miguel de Güemes.
Cuando el congreso nacional aprobó la ley que instituye la fecha desde el año pasado, se resaltó que se hacía una “reivindicación de la historia argentina con uno de sus próceres máximo”ya que “sin Martín Miguel de Güemes no hubiera existido la gesta que tuvo a San Martín de protagonista”, fueron algunas de las frases que escucharon para aprobarse.
Martín Miguel de Güemes nació el 8 de febrero de 1785, en la ciudad de Sala. Por entonces era en el Virreinato del Río de la Plata. Se crió en el seno de una familia acomodada. Su padre, Gabriel de Güemes Montero, nacido en Santander, en la región española de Cantabria, era un hombre ilustrado y cumplía funciones de tesorero real de la corona española. Logró que su hijo tuviera una buena educación con maestros particulares que le enseñaron los conocimientos filosóficos y científicos de su tiempo, tales conocimientos fueron luego ampliados en la juventud.Su madre era María Magdalena de Goyechea y la Corte, de origen jujeño.
Martín tuvo siete hermanos de los cuales se destacó María Magdalena Dámasa Güemes de Tejada, conocida popularmente por su apodo como Macacha Güemes.
Martín cursó sus estudios primarios en su ciudad natal, alternando la enseñanza formal con el aprendizaje de las labores campesinas en la finca donde vivía con su familia.
A los catorce años de edad se enroló en el Regimiento Fijo de Infantería, cuyo cuartel central estaba en Buenos Aires pero tenía un batallón en Salta a raíz de la rebelión de Túpac Amaru II desde 1781.
En 1805 fue enviado con su regimiento a Buenos Aires, ya que el Virrey del Río de la Plata, Rafael de Sobremonte, temía un ataque inglés.
Durante el transcurso de la primera de las Invasiones Inglesas al Virreinato del Río de la Plata, en 1806, Güemes participó en la Reconquista de Buenos Aires, protagonizando una curiosa hazaña: al ver que un barco inglés había encallado por una bajante repentina del río, dirigió una carga de caballería y lo abordó. Fue una de las muy pocas veces en la historia que un buque de guerra fue capturado por una partida de caballería. Al año siguiente, luchó también en la Defensa de la ciudad frente a la segunda invasión inglesa.
Después del estallido de la Revolución de Mayo de 1810, la Primera Junta envió rápidamente la Primera expedición auxiliadora al Alto Perú.
Martín Miguel de Güemes, como integrante del Ejército del Norte, fue puesto al mando de un escuadrón gaucho en la Quebrada de Humahuaca, (en la actual Jujuy) y en los valles de Tarija y Lípez, impidiendo la comunicación entre los contrarrevolucionarios y los realistas altoperuanos. En la batalla de Suipacha, librada el 7 de noviembre de 1810 y que fue el único triunfo de las armas patriotas durante esta primera expedición, la participación del capitán Güemes fue decisiva.
En febrero de 1812, el general Manuel Belgrano fue nombrado por el Primer Triunvirato jefe del Ejército del Norte en reemplazo del general Juan Martín de Pueyrredón.
Cuando Belgrano asumió el mando del Ejército del Norte e inició la Segunda expedición auxiliadora al Alto Perú ordenó el traslado de Martín Miguel de Güemes a Buenos Aires, por indisciplina, causada por una discusión sobre mujeres entre oficiales bajo su mando. Güemes permaneció en la capital, agregado al Estado Mayor General.
Al conocerse en Buenos Aires el desastre patriota frente a los realistas en la batalla de Ayohuma, el general Manuel Belgrano fue cuestionado por el Segundo Triunvirato. En enero debió dejar el mando del Ejército del Norte al coronel José de San Martín, quien había sido uno de los jefes de la Revolución del 8 de octubre de 1812 que había depuesto al Primer Triunvirato. En la Posta de Yatasto, Belgrano entregó la jefatura del nuevamente derrotado Ejército del Norte a San Martín y a los pocos días regresó a Buenos Aires.
Martín Miguel de Güemes fue ascendido a teniente coronel y enviado al norte, para incorporarse a las divisiones de caballería del Ejército del Norte. San Martín lo nombró al mando de la vanguardia, reemplazando en ese puesto a Manuel Dorrego, que había sido sancionado y desterrado por indisciplina por su nuevo jefe, San Martín.
Güemes se presentó en Salta como el protector de los pobres y el más decidido partidario de la revolución. Pero aun así, no logró nuevos aportes de recursos de parte de los sectores adinerados. Contó con su hermana María Magdalena “Macacha” Güemes como una de sus principales colaboradores.
Con sus tropas formadas por gauchos del campo, rechazó el avance del general Joaquín de la Pezuela y posibilitó el inicio de un nuevo avance hacia el Alto Perú, la llamada tercera expedición auxiliadora al Alto Perú.
De regreso a Salta fue nombrado Gobernado Independiente ya que no se reconoció a la autoridad de Buenos Aires.
Durante su gobernación, siguió librando batallas contra los restos de la tropa realista y resistió en seis oportunidades las invasiones realistas posteriores a la independencia.
El 6 de junio, José María Valdez ocupó la ciudad de Salta. Güemes fue herido por una bala, en el combate de resistencia. Al ser hemofílico su herida nunca cicatrizó y murió diez días después, el 17 de junio de 1821, a los 36 años.