El 17 de enero pasado se recordó que hacía 200 años del inicio de la campaña libertadora del Ejército de los Andes. En plena travesía el conductor del grupo cumplió 39 años.
Dos semanas después de la batalla de Chacabuco llegó su cumpleaños. El ejército estaba en Curimón, territorio chileno. Allí hizo una celebración austera pero llena de orgullo.
Con ese aniversario comenzaba la liberación de Chile. Luego llegó Perú, completando su plan libertador a los 44 años. Desde entonces y tras todo renunciamiento a honores se marchó a Francia donde murió en 1850, a los 72 años.
San Martín había nacido un 25 de febrero de 1778, en la localidad correntina de Yapeyú. Fue reconocido libertador de América por sus importantes contribuciones a la autodeterminación de una gran parte de la América dominada por españoles.
A 239 años de su natalicio, se recuerdan algunas de sus frases que lo convirtieron en un hombre distinto para la época y con ideas muy claras de la concepción de la vida:
“Amor a la verdad y odio a la mentira”
“Hable poco y lo preciso”
“Humanizar el carácter y hacerlo sensible aún con los insectos que no perjudican. Stern ha dicho a una mosca, abriéndole la ventana para que saliese: ‘Anda, pobre animal, el mundo es demasiado grande para nosotros dos'”
“Caridad con los pobres”
“Inspirar gran confianza y amistad pero uniendo respeto”
“Respeto sobre la propiedad ajena”
“Acostumbrar a guardar un secreto”
“Indulgencia hacia todas las religiones”
“Amor al aseo y desprecio al lujo”
“Amor por la patria y la libertad”