El presidente Javier Milei desembarcó de lleno en la campaña electoral bonaerense con un discurso furioso y lleno de insultos, al cerrar el “Primer Congreso de la Libertad” en La Plata. Desde el exclusivo centro Vonhart, el mandatario apuntó con dureza al gobernador Axel Kicillof, al kirchnerismo y a lo que denominó “la casta bonaerense”, en un intento por recuperar centralidad política y posicionar a La Libertad Avanza como alternativa de poder en el distrito más poblado del país.
“Estamos en la antesala de la gran batalla en territorio bonaerense”, advirtió Milei, quien definió a la Provincia como “el último refugio del populismo” y acusó a Kicillof de “burro eunuco” y “último zar de la miseria”. Lo calificó también de “Pichón de Stalin” y lo responsabilizó por la situación crítica en áreas clave como educación, seguridad, finanzas y justicia. “Nunca se le pasó por la cabeza a este pelotudo bajar el gasto público”, lanzó.
Durante su intervención, el Presidente sostuvo que el éxito de su programa económico depende de un triunfo en territorio bonaerense: “Queremos traer el modelo que ya aplicamos en la Nación a la Provincia, para que los bonaerenses no sigan siendo rehenes de una casta enquistada en el Estado”.
En el acto estuvieron presentes sus principales ministros, quienes también realizaron duras críticas al peronismo y al gobierno provincial. Entre ellos hablaron Patricia Bullrich, Luis Caputo, Federico Sturzenegger, Mario Lugones y Mariano Cúneo Libarona, además del diputado José Luis Espert —quien acusó a Kicillof de haber “entregado la Provincia a los delincuentes”— y del armador bonaerense Sebastián Pareja, quien prometió: “Vamos a gobernar en 2027 la provincia de Buenos Aires”.
Milei también hizo alusión a exfuncionarios kirchneristas, como Martín Guzmán, a quien calificó de “chanta” y “cómplice de un gobierno genocida”, y arremetió contra áreas de gobierno como el Ministerio de la Mujer bonaerense, al que tachó de “estructura parasitaria”.
El desembarco en La Plata se produce en un contexto particular, con Cristina Kirchner bajo prisión domiciliaria y el peronismo reorganizándose. Milei busca capitalizar ese vacío y avanzar en su proyecto político, con un mensaje claro: “Vamos a terminar con todos estos parásitos mentales del partido del Estado”.
Con este acto, el oficialismo busca consolidar su presencia en el principal distrito del país, en medio de la cuenta regresiva hacia las elecciones de septiembre y octubre, donde Milei espera dar un golpe estratégico para el futuro de su gobierno.