
Hace menos de 48 horas que se conoció el deceso de Jorge Omar Noble a los 62 años.
La familia del tenis lo recuerda con cariño y afecto. Un luchador de la vida y del deporte. Viajaba a dedo a los torneos y competencias y se esforzaba por crecer con la raqueta.
En épocas de esplendor cuando el Tenis en Atlético florecía, apareció Jorge Noble un día.
Muy jovencito y valiente.
Para demostrar a la gente, que sin recursos podía.
Y así compartir un día, la alegría que él soñó. Para eso fabricó su raqueta de madera.
En la vieja carpintería Josserme, donde siempre trabajó, un hito en la historia, de anécdotas y nostalgias
que el Zurdo siempre escuchó.
Qué importaba si en su derecha algunos dedos faltaban, si con la zurda pegaba, y ser “El Campeón”, lo logró.
Como Vilas en la cancha de fondo el Zurdo jugaba y los dedos que faltaban para un saque muy potente, hicieron ver a esa gente, que entre amigos se rearmó, y siguió siempre de frente.
Logró ser gran Jugador, por su constancia y dedicación.
También peloteador de cancha. Pues título no tenía. Pero llegó cierto día que los padres de un pequeño
Cumplieron su viejo sueño, de Tenis ser Profesor. Guillermo Barbat lo aprobó y otra historia comenzó.
En San Martín se lo extraña. Era su casa y abrigo. Con los amigos de siempre. Con los nuevos, con los niños.
Hoy el Tenis es pasado. El presente es muy distinto.
Ha partido junto a Dios. Se nos fue un gran amigo.
*Recordación de Laura López Rossi