La Blanqueada volvió a poner a Nueve de Julio en el mapa mundial de los quesos. En el World Cheese Awards realizado en Berna, Suiza, la empresa obtuvo medalla de plata por su queso Gouda y medalla de bronce por su Sardo, en un certamen que reunió más de 5.200 quesos de 46 países y que evaluó productos de distintos estilos bajo estrictos criterios internacionales.
Leopoldo “Polo” Sarnícola visitó Despertate por Cadena Nueve, Máxima 89.9 y Visión Plus TV, donde compartió la alegría por este logro inédito. “Era la primera vez que enviábamos muestras. Queríamos medirnos con el mundo, sin demasiadas expectativas, pero sabiendo que Argentina hoy está en un nivel de calidad que puede competir con cualquiera”, señaló.
El productor explicó que el concurso, organizado por APIMEL, reúne quesos que pasan por mesas de análisis con más de 160 jurados especializados, quienes evalúan aspectos como textura, sabor, acidez, presentación y maduración. “Más que una competencia, es una gran degustación técnica. Y la devolución de los jurados es clave para mejorar”, expresó.
La cuenca oeste, una fortaleza argentina
El empresario destacó el enorme potencial de la región. “La cuenca lechera del oeste produce una leche que mide muy bien con los quesos duros. Por eso hay tantas fábricas destacadas… En duros estamos a nivel mundial”, afirmó.
Contó también que sus quesos premiados tienen entre 10 y 14 meses de estacionamiento, un proceso minucioso que atraviesa un año completo de cuidados. “Esto no es magia: es tiempo, trabajo y una materia prima excepcional”, sintetizó.
Crisis hídrica y desafíos
La Blanqueada atraviesa, como toda la región, serias dificultades por el exceso de agua y los caminos afectados. Sin embargo, los productos enviados a Suiza provenían de partidas elaboradas mucho antes. “Hoy estamos muy complicados con el agua, pero seguimos adelante. El tambo y la fábrica no pueden parar”, dijo.
Tecnología, consumo y mercados
Sarnícola explicó que la producción quesera también atraviesa un proceso de modernización. Desde robots en los tambos, drones en tareas agrícolas, hasta packaging robotizado y cortes fraccionados que hoy demanda más el mercado.
“La gente quiere el queso trozado, exacto, listo para góndola. El consumo cambió y hay que adaptarse”, sostuvo.
La Blanqueada distribuye en gran parte del país: Patagonia, Cuyo, el sur bonaerense, Capital Federal, Campana, Zárate, Giles y toda la traza de la Ruta 5. “El mayor volumen no está acá; se vende más en Capital y zonas turísticas”, reveló.
Sobre exportaciones, fue claro: “El mercado internacional no es tan atractivo para el queso. Mucho volumen, mucha exigencia. Compite más la leche en polvo. A nosotros nos sirve la competencia internacional por el feedback técnico que nos da, no por exportar”.
El valor del talento local
Sarnícola destacó que la fábrica mantiene personal estable desde hace décadas y que la mayoría son vecinos de Nueve de Julio. “Hay gente con 25 o 28 años con nosotros. Y nuevas generaciones que se suman. Esto también es un orgullo”, afirmó.
Turismo y futuro
Consultado sobre los corredores gastronómicos que se proyectan en la región, Polo fue optimista: “Todo suma. Como pasó con el vino, estamos aprendiendo a comer quesos. Cada vez hay más variedades y más consumidores que quieren descubrir sabores. Una ruta del queso ayudaría mucho”.
La Blanqueada mantiene sus puertas abiertas para escuelas y visitantes. “El queso es cultura, trabajo y tradición. Y si además viene con un premio internacional, mejor”, concluyó Sarnícola.



