En los últimos años, los animales de compañía pasaron a ocupar un lugar central en los hogares argentinos. Se estima que el 75% de las familias convive con al menos un perro o un gato, según datos de la Asociación de Veterinarios Especializados en Animales de Compañía de Argentina (AVEACA). Esta transformación del vínculo redefinió el rol del veterinario, quien hoy asume no solo el cuidado clínico, sino también la educación sobre zoonosis, prevención, y bienestar integral.
Hoy tener un animal de compañía es una responsabilidad. El veterinario tiene que guiar esa convivencia para que sea saludable para todos, explica cada veterinario ante una cnsulta sobre este punto.
La consulta veterinaria se convierte así en un espacio de diálogo donde el conocimiento científico se complementa con la empatía. Ellos se ocupan de referir que los perros y gatos han pasado de ser simples mascotas a miembros de la familia. Eso exige una atención mucho más integral y una mejor comunicación con quienes los cuidan.
Además, la incorporación de herramientas diagnósticas avanzadas permite identificar patologías en etapas tempranas. Sin embargo, el criterio clínico sigue siendo fundamental donde la tecnología ayuda, pero no reemplaza el pensamiento crítico ni la experiencia del veterinario resalta cada profesional comprometido con su labor.
En el ámbito rural, la tecnificación también avanza. En tambos y establecimientos productivos, el rol veterinario es para lograr eficiencia sin descuidar el bienestar animal. La eficiencia productiva está directamente relacionada con la salud del animal ya que el desafío es interpretar correctamente la información que brindan las nuevas tecnologías y trabajar en equipo para tomar decisiones acertadas, se señala desde conversaciones informales hasta más específicas.
Por otro lado, el veterinario cumple un rol crucial en la prevención de enfermedades zoonóticas ya que ha un camino por recorrer para consolidar una tenencia verdaderamente responsable en la importancia de los calendarios de vacunación y desparasitación.
También hay una dimensión emocional profunda en esta profesión. Las guardias, las urgencias, el contacto con el sufrimiento animal y la angustia de los tutores generan una carga que muchas veces no es visible ni reconocida.
A pesar de los desafíos, la medicina veterinaria argentina se distingue por su excelencia académica y la vocación de sus profesionales. En clínicas urbanas, laboratorios, campos o centros de diagnóstico, los veterinarios sostienen cada día una salud más fuerte, consciente y empática.
Desde Cadena Nueve, saludamos y agradecemos a quienes hacen de esta profesión un compromiso con la vida.
¡Feliz Día del Veterinario!