El Día del Párroco se celebra el 4 de agosto en conmemoración a San Juan María Vianney, un sacerdote francés conocido como el “Cura de Ars”. Fue un destacado párroco que se dedicó a la conversión de su parroquia con gran empeño, insistiendo en la formación cristiana del pueblo que le había sido confiado. San Juan María Vianney nació en 1786 en Darilly, Francia, y fue canonizado en 1925 por el Papa Pío XI. Su fiesta se celebra el 4 de agosto, fecha en que murió en 1859. La Iglesia Católica lo considera un modelo para los sacerdotes párrocos por su dedicación a la confesión, la predicación y la dirección espiritual.
La figura del párroco es fundamental en la Iglesia Católica, ya que es el encargado de enseñar y guiar a la comunidad encomendada. El Papa Benedicto XVI destacó la importancia de San Juan María Vianney como modelo para los sacerdotes párrocos y proclamó un Año Sacerdotal en su memoria en 2009-2010. En este sentido, el Día del Párroco es una oportunidad para reflexionar sobre la importancia del papel del párroco en la vida de las comunidades religiosas.