Gustavo Rovira es un vecino de la zona rural de Pehuajó. Vive cerca de Juan José Paso.
A pedido de su madre, en un negocio de compre-venta adquirió un mueble necesario para la casa de campo. Era importante que tuviera varios cajones, le había pedido su progenitora.
Gustavo viajó el martes hasta el local de un conocido. Lo hizo su su madre. Le contó lo que necesitaba y subió cuidadosamente el mueble a su camioneta.
Pasaron por una casa que tienen en Pehuajó, durmieron la siesta y luego emprendieron el regreso a la zona rural. La carga estuvo siempre en la caja de la camioneta.
Ya en el campo, decidió ir desarmando partes del mismo para limpiarlo y pintarlo.
La sorpresa fue cuando encontró en uno de los cajones dos sobres. En uno había 180.000 pesos y en el otro 7.213 dólares.
Le comentó a su madre y miró la hora. Ya era tarde para que el negocio estuviese abierto.
Pasó toda la noche sin dormir, en el temor que fuese robado. Concilió el sueño entre las 5 y 8 de la mañana.
Llamó al vendedor y le dio la tranquilidad que el dinero estaba en su poder.
Minutos después viajó por la devolución. El dueño agradecido!
Sin dudas, Gustavo se comportó como una gran inmensa mayoría!