Cada 8 de diciembre, Día de la Inmaculada Concepción de María, marca el inicio de la temporada navideña en muchos hogares. Es un día lleno de alegría y colores que da paso al armado del árbol de Navidad, una costumbre que, año tras año, embellece casas con esferas, luces, guirnaldas, estrellas y adornos creativos. Pero, ¿de dónde proviene esta tradición que ha conquistado al mundo entero?
El origen del árbol de Navidad: un símbolo ancestral
El árbol de Navidad tiene sus raíces mucho antes de ser un ícono cristiano. En las culturas germánicas antiguas, el árbol ocupaba un lugar central. Los pueblos nórdicos, por ejemplo, creían que la Tierra y los astros dependían de un árbol sagrado llamado Yggdrasil, cuya copa tocaba el cielo y sus raíces llegaban al inframundo. Durante el solsticio de invierno, decoraban un roble con antorchas, simbolizando la lucha contra la oscuridad.
Fue en el año 740, cuando San Bonifacio, el evangelizador de Alemania e Inglaterra, derribó el roble dedicado al dios Odín y lo reemplazó por un abeto. Este árbol de hojas perennes simbolizaba el amor eterno de Dios y fue decorado con manzanas, representando las tentaciones, y velas, simbolizando la luz divina. La forma triangular del abeto también comenzó a asociarse con la Santísima Trinidad.
El árbol de Navidad llega a América y al mundo
A lo largo de los siglos, la costumbre de adornar un árbol con motivo navideño se extendió por toda Europa. En 1605, en Alemania, apareció el primer árbol decorado con luces y adornos como lo conocemos hoy. De allí, la tradición cruzó fronteras. En España, por ejemplo, comenzó alrededor de 1870, mientras que en Inglaterra, el primer árbol decorado en el Castillo de Windsor fue instalado en 1841 por el príncipe Alberto, esposo de la Reina Victoria.
En América, la tradición también llegó con el paso del tiempo. En Argentina, el primer árbol de Navidad fue armado en 1828 por el irlandés Michael Hines en Buenos Aires. Desde entonces, cada 8 de diciembre, los argentinos se reúnen para armar el árbol y preparar sus hogares para la Navidad.
El significado detrás de los adornos
A medida que los años pasaron, los adornos tradicionales, como las manzanas y las velas, fueron reemplazados por esferas y guirnaldas con luces de colores. Cada elemento en el árbol tiene un significado profundo:
Las esferas representan los dones divinos. Las de color azul simbolizan el arrepentimiento, las rojas las peticiones, las doradas las alabanzas y las plateadas el agradecimiento.
La estrella en la punta del árbol representa la guía de la fe.
Las cintas y moños simbolizan la unión familiar y la presencia de seres queridos.
Los angelitos son los mensajeros entre los hombres y el cielo, encargados de proteger a las familias.
Las luces iluminan el camino en la fe y simbolizan la esperanza en la llegada de Jesús.
La tradición de la bombacha rosa en Navidad
Un curioso y popular ritual en Argentina es el uso de la bombacha rosa durante las celebraciones navideñas. Este hábito, con raíces tanto religiosas como populares, tiene un fuerte simbolismo. El color rosa está vinculado con la vela del tercer domingo de Adviento, que representa la alegría por la llegada de Jesús y se asocia con la fertilidad, la esperanza y la buena suerte.
Durante la Nochebuena, es común que las mujeres se regalen entre ellas una bombacha rosa, que puede estrenarse al día siguiente, el 25 de diciembre, para atraer fertilidad, o el 31 de diciembre, para comenzar el Año Nuevo con prosperidad y amor. Esta tradición se ha transmitido a lo largo de generaciones, convirtiéndose en un clásico de la Navidad en el Cono Sur.
Una celebración con raíces profundas
El 8 de diciembre no solo es una fecha significativa para el armado del árbol de Navidad, sino también un día de gran importancia religiosa. En este día, los católicos celebran la Inmaculada Concepción de María, una festividad que tiene sus orígenes en España, donde se celebró por primera vez en 1644. Fue proclamada dogma en 1854 por el Papa Pío IX, quien estableció que María fue concebida sin pecado original.
En Argentina y otros países, el 8 de diciembre es un feriado nacional inamovible, lo que permite que las familias se reúnan para dar inicio a las festividades navideñas, disfrutando de la compañía de amigos y seres queridos mientras se preparan para la llegada de la Navidad.



