Una intensa tormenta con ráfagas de viento cercanas a los 90 km/h afectó la ciudad de Los Toldos en la madrugada del martes, provocando la caída de alrededor de 15 árboles de raíz y diversos daños materiales en varias zonas del casco urbano. Además de los árboles derribados, numerosas ramas y partes de árboles quedaron esparcidas por calles y veredas, dificultando la circulación en algunos puntos.
El fenómeno también causó voladuras parciales de techos, cartelería y otros objetos de la vía pública, aunque afortunadamente no se reportaron víctimas ni fue necesario evacuar a los vecinos.
Desde el Municipio informaron que, al día siguiente, las cuadrillas de Servicios Urbanos y Medio Ambiente comenzaron a trabajar en la remoción de los árboles caídos, el despeje de las calles y la evaluación del estado de los ejemplares dañados. El relevamiento inicial muestra que la mayoría de los árboles afectados tenían raíces superficiales, estructuras debilitadas o evidentes daños previos a causa de antiguas podas mal realizadas.
Autoridades locales destacaron que eventos de esta naturaleza están siendo cada vez más frecuentes, lo que atribuyen al cambio climático y la intensificación de tormentas severas. En este sentido, subrayaron la importancia de llevar a cabo una gestión planificada del arbolado urbano, que contemple un monitoreo sanitario adecuado, la reposición de ejemplares y capacitaciones sobre la poda responsable y la seguridad en la vía pública.
Asimismo, desde la Dirección de Medio Ambiente hicieron un llamado a la comunidad para que, ante cualquier árbol o estructura que represente un riesgo, se comuniquen de inmediato con las autoridades correspondientes, como el área de Defensa Civil o el propio Municipio. “Cuidar los árboles no solo implica plantarlos, sino también mantenerlos con criterios técnicos y pensar en la seguridad y el futuro ambiental de nuestra ciudad”, expresaron desde la Dirección.
Este tipo de tormentas, según los expertos, son un claro reflejo de cómo los fenómenos climáticos están cambiando y tomando por sorpresa a las ciudades, haciendo aún más urgente la implementación de medidas preventivas y el cuidado del espacio urbano en función de la resiliencia ante estos eventos extremos.


