El vecino país, aprobará este miércoles el proyecto de ley que despenaliza la eutanasia y se convertirá en el primer país en América Latina en legalizar este proceso.
El proyecto de ley fue aprobado por la Cámara de Diputados en agosto, en una sesión maratónica, con el respaldo de legisladores de diferentes partidos políticos. Este miércoles se trata en el Senado, una cámara en la que la coalición izquierdista Frente Amplio –que está a favor de la iniciativa– tiene mayoría.
Como sucedió en Diputados, la votación estará dividida dentro del bloque opositor. Los históricos partidos Nacional y Colorado tienen diferentes posturas en su interna. La blanca Graciela Bianchi y el colorado Andrés Ojeda, por ejemplo, votarán a favor de la iniciativa.
En las barras del Palacio Legislativo estará presente este miércoles Beatriz Gelós, una paciente que tiene esclerosis lateral amiotrófica (ELA) hace 19 años y que está a favor del proyecto.
Su historia, fue un argumento utilizado en la Cámara de Diputados. Gelós no puede bañarse sola, escribir a mano, rascarse ni tomar agua por su propia voluntad cuando tiene sed. Tampoco puede ocuparse de nadie, en especial de sus nietos, a quienes nunca les cambió el pañal ni los pudo hacer dormir en sus brazos. Esta docente de 71 años sería feliz si pudiera hacer cualquiera de estas actividades, pero la ELA que padece hace 19 años se lo impide.
Gelós también estuvo en las barras de Diputados durante la discusión.
Se prevé también la presencia de grupos como Empatía Uruguay y Tenemos ELA, que han sido promotores del proyecto. Prudencia Uruguay, que está en contra, también dirá presente.
El proyecto de ley que se discute en el Plenario este martes establece que la eutanasia podrá aplicarse en determinadas circunstancias. Las personas que podrían acceder serían las mayores de edad aptas psíquicamente, que padecen una o más patologías o condiciones de salud crónicas, incurables o irreversibles, que “menoscaben gravemente su calidad de vida”. El proyecto está pensado para aquellas personas que tienen sufrimientos “insoportables” y apunta a que tengan una muerte “indolora, apacible y respetuosa de su dignidad.