Para sospechar de dengue, es importante estar atento a los síntomas que pueden indicar la presencia de la enfermedad. El dengue suele comenzar con fiebre alta, alrededor de 39°C a 40°C, que aparece de forma repentina. Junto con la fiebre, pueden presentarse otros síntomas como dolor de cabeza intenso, dolor detrás de los ojos, dolor muscular y en las articulaciones, pérdida de apetito, debilidad, cansancio, náuseas y vómitos. También es común la aparición de erupciones cutáneas, que suelen ser rojizas y planas, distribuidas por el tronco y las extremidades. Algunos pacientes pueden experimentar un cuadro clínico similar al de la gripe, con dolor de garganta, tos o congestión nasal. La diarrea no es muy común, pero puede ocurrir. Las heces pastosas son frecuentes y aparecen en casi la mitad de los pacientes. La fiebre alta dura de 3 a 7 días y, una vez que comienza a disminuir, los otros síntomas también suelen desaparecer. Sin embargo, un cuadro de cansancio aún puede persistir durante algunas semanas después de que se resuelven los síntomas.
En casos más graves, el dengue puede evolucionar hacia una forma hemorrágica, caracterizada por complicaciones como dolor abdominal intenso y persistente, vómitos persistentes, piel húmeda, pálida y fría, sangrado por la nariz, boca o encías, y dificultad para respirar. Si experimentas alguno de estos síntomas, es fundamental buscar atención médica de inmediato. Para acceder a la vacuna, debes registrarte en Mi Salud Digital y seguir las instrucciones para obtener un turno en uno de los vacunatorios disponibles en los 135 municipios de la provincia. La vacunación es gratuita y no requiere orden médica.