Los tsunamis son fenómenos poco frecuentes, sin embargo, pueden ser extremadamente mortales. En los últimos 100 años, 58 tsunamis se han cobrado más de 260.000 vidas, un promedio de 4600 pérdidas humanas por desastre, superando cualquier otro riesgo natural.
En diciembre de 2015, la Asamblea General designó el 5 de noviembre como Día Mundial de Concienciación sobre los Tsunamis.
La creación del Día Mundial es una idea original de Japón, que, desafortunadamente, se ha visto expuesto a estos desastres en repetidas ocasiones a lo largo de los años. Este país tiene una gran experiencia en áreas tales como la alerta temprana de tsunamis, la acción pública y la reconstrucción posterior a los desastres para conseguir reducir los impactos futuros.
La fecha elegida tiene su origen en la anécdota “Inamura no hi”, es decir, la “quema de las gavillas de arroz”. Durante un terremoto en 1854, un aldeano vio que la marea estaba bajando, una señal de que se avecina un tsunami. A expensas de sus bienes, decidió prender fuego a toda su cosecha para advertir al resto de habitantes de la aldea que huyeran a tierras altas. Posteriormente, construyó un terraplén y plantó árboles para que actuaran como sistemas naturales de amortiguación frente a futuras olas.
La Asamblea General invita a todos los Estados Miembros, las organizaciones del sistema de las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales y regionales, así como a la sociedad civil, incluidas las organizaciones no gubernamentales y los particulares, a observar el Día, a fin de concienciar a la población sobre el riesgo que plantean los tsunamis.