miércoles, octubre 9, 2024
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La ciencia y la comunidad unidas contra la enfermedad de Chagas

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David Eladio Gorla, investigador principal del CONICET en el Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal (IMBIV, CONICET-UNC), dirige actualmente un proyecto de investigación financiado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva que tiene por objetivo medir el impacto del Programa de Erradicación de Ranchos impulsado por el Gobierno de La Rioja- aunque vinculado a un plan a nivel nacional – sobre la infestación por vinchucas en las viviendas de los Llanos del Sur de La Rioja, identificada como una de las zonas más problemáticas de la provincia cuyana. Lo novedoso para la región es que son los propios habitantes de la comunidad quienes, a partir de la instrucción brindada por los investigadores, se encargan de las tareas de relevamiento.

“Por lo general, es el personal del Programa Provincial de Chagas el que evalúa las casas o las estructuras peridomésticas – corrales con animales o depósitos adyacentes al domicilio familiar – y siguiendo una serie de pautas metodológicas establecidas busca los insectos para determinar si hay infestación por vinchucas. La técnica utilizada tiene baja sensibilidad, si bien es de las mejores que existen y es estándar en toda Latinoamericana. Nosotros quisimos, en esta ocasión, probar un método distinto recurriendo al trabajo de la propia comunidad, lo que tiene además la ventaja de movilizar a la misma para contrarrestar los riesgos sanitarios. Lo que hicimos fue una capacitación casa por casa en la que les explicábamos a los habitantes los objetivos del proyecto y les dejábamos una bolsita de plástico indicándoles que pusieran ahí las vinchucas que encontraran en las viviendas o en los espacios peridomésticos, tras haberles enseñado previamente a reconocerlas”, explica Gorla.

El trabajo con las familias se complementa con la concurrencia por parte de los científicos a las escuelas primarias de la región de estudio, en las que hablan especialmente con los maestros y distribuyen materiales gráficos entre los alumnos.

Dos o tres semanas después de la primera visita los investigadores vuelven al terreno para, además de recolectar las bolsitas, conversar con los habitantes para ver cuál es su percepción del problema. “Este método nos permitió encontrar vinchucas en muchas viviendas que con la otra técnica habían pasado desapercibidas. Es un procedimiento que se está demostrando de mucha utilidad”, afirma el investigador.

Hasta ahora se evaluaron en tres oportunidades 377 viviendas en los Departamentos San Martín, Rosario V. Peñaloza y Angel V. Peñaloza. Se encontró que el 18 por ciento tenía vinchucas en el espacio intradomiciliario, incluso en las nuevas viviendas, y en algunos casos con infestación establecida más de un año atrás, dada la presencia de estados inmaduros de vinchucas. Esta situación resalta la necesidad de realizar una intervención integral en la comunidad, y no sólo proveer una nueva vivienda.

El proyecto de investigación a cargo de Gorla guarda vínculos fluidos con el Programa Provincial de Chagas al cual le traslada toda la información relevante obtenida respecto de la presencia de vinchucas en las viviendas o en los espacios peridomésticos. “Con el programa de Chagas de La Rioja mantenemos una muy buena comunicación. Cada vez que nosotros hacemos una evaluación, les informamos inmediatamente los resultados para que se haga un rociado de insecticida dentro de las viviendas infestadas para evitar el riesgo de transmisión del parasito”, cuenta Gorla.

Hace ya diez años que el equipo de investigación a cargo de Gorla, que entre 2001 y 2013 fue director del Centro Regional de Investigaciones Científicas y Transferencia Tecnológica (CRILAR, CONICET) asentado en La Rioja, trabaja articuladamente con el Programa Chagas La Rioja.

“Con el programa venimos trabajando ya hace muchos años, varios de nuestros estudios han derivado en desarrollos que fueron incorporados al mismo. En su momento, por ejemplo, impulsamos un sistema de información georeferenciada a partir del cual hoy están georeferenciadas unas doce mil viviendas rurales en La Rioja. Esto conforma una base de datos que permite tomar mejores decisiones respecto de la forma de distribuir los recursos”, cuenta Gorla.

De acuerdo al diagnóstico de los investigadores, si bien en La Rioja la transmisión vectorial de la enfermedad de Chagas a través de las vinchucas está actualmente interrumpida – situación a la que ha contribuido el mejoramiento de las viviendas – resulta necesaria la implementación de un sistema de vigilancia entomológica organizado y con capacidad de respuesta apropiada para evitar el peligro de reinfestación de los domicilios, especialmente en las zonas problemáticas como la de los Llanos del Sur.

*Para Cadena Nueve, Miguel Faigón, investigador CONICET

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