Este viernes 3 de octubre, como lo adelanto desde su estudio en la 128º Expo Rural de 9 de Julio, Cadena Nueve, uno de los salones de eventos de la institución, fue el escenario de una charla inspiradora que dejó una profunda marca en los asistentes.
Eduardo “Coco” Oderigo, abogado, ex-funcionario del Poder Judicial, oportunamnete jugador de rugby, cofundador de Los Espartanos, compartió su experiencia ante más de 300 personas, entre jóvenes, empresarios, docentes y adultos de distintas edades, Oderigo relató cómo surgió y se expandió su proyecto, un club de rugby integrado por más de 2000 personas privadas de libertad, que actualmente está presente en 46 cárceles de 17 provincias argentinas, y en siete países más.
El relato de Oderigo no solo fue un testimonio de la lucha por la reinserción social, sino también una muestra del poder transformador del compromiso y la disciplina. A lo largo de su intervención, “Coco” destacó que los reclusos no son solo víctimas de su pasado, sino individuos con un potencial inmenso por descubrir. A través del deporte y una estructura sólida de trabajo en equipo, los miembros de Los Espartanos han logrado superar las barreras de la exclusión social y el estigma de la condena, demostrando que la verdadera reinserción no solo es posible, sino que es un motor de cambio.
El testimonio de Oderigo mostró cómo, a pesar de las adversidades, la clave está en reconocer la capacidad de transformación de cada individuo. El rugby, explicó, no es solo un deporte, sino una herramienta educativa que permite a los internos cultivar valores fundamentales como el trabajo en equipo, el respeto, la constancia, la superación personal y el compromiso. Estos principios no solo los acompañan dentro del campo de juego, sino que les sirven para reconstruir sus vidas y las relaciones con su entorno.
Uno de los momentos más impactantes de la charla fue cuando Oderigo explicó cómo, al principio del proyecto, se encontró con la desconfianza y el escepticismo de algunos reclusos, que no creían en la posibilidad de un cambio. Sin embargo, con paciencia y perseverancia, logró que muchos de ellos abrazaran el proyecto, descubriendo que, en la adversidad, todos tienen un talento que puede ser desarrollado. “La cárcel no es el fin, sino un punto de partida”, dijo, refiriéndose a cómo la disciplina y el compromiso pueden convertirse en las claves para cambiar el rumbo de la vida.
Otro punto central de la charla fue la importancia del compromiso colectivo. Oderigo compartió que uno de los pilares fundamentales de Los Espartanos es la constancia en el trabajo, y cómo este compromiso no solo se limita a los entrenamientos de rugby, sino que también se refleja en el respeto a un calendario fijo de actividades y la interdependencia que cada miembro tiene con los demás. Este enfoque, según explicó, se extrapola a la vida diaria, tanto dentro como fuera de las cárceles, ya que enseña a los internos a asumir responsabilidades, a comprometerse con sus metas y, lo más importante, a entender que el cambio es posible si se lo busca con determinación.
El impacto de Los Espartanos se refleja en sus resultados: una tasa de reincidencia de menos del 5%, mucho menor que el promedio nacional del 80%. Este éxito se debe en parte a la red de apoyo creada por la organización, que incluye la colaboración de más de 100 empresas que, al contratar a los exreclusos, les brindan una oportunidad real de reinserción laboral. Oderigo resaltó la importancia de este respaldo empresarial, que ha permitido que muchos de los egresados del proyecto puedan reinsertarse con éxito en la sociedad, con un empleo digno y una nueva oportunidad de vida.
La charla concluyó con un mensaje claro y motivador: pensar en grande, tanto a nivel personal como colectivo. Oderigo invitó a los presentes a reflexionar sobre cómo, desde su propia vida, pueden generar un impacto positivo en su entorno, sin importar las circunstancias. “No importa el lugar en el que estés ni el pasado que arrastres, lo que realmente cuenta es lo que estás dispuesto a hacer para cambiar tu futuro”, afirmó.
Con un discurso cargado de emoción y esperanza, “Coco” Oderigo dejó una enseñanza fundamental: la transformación social es posible cuando se cree en la capacidad de cada ser humano para reinventarse, cuando se les brindan oportunidades y cuando el compromiso se convierte en un motor de cambio.
Este evento no solo fue una conferencia sobre el proyecto Los Espartanos, sino un llamado a la acción para todos los que creen que, a través del esfuerzo y la determinación, es posible crear una sociedad más inclusiva y justa para todos.


