El 23 de mayo es un instante clave en nuestro calendario porque evoca una movilización fundamental en nuestra historia, como es la Marcha Blanca de 1988.
En 1988, cuando Raúl Alfonsín transitaba su quinto año de gobierno, no comentaron las clases y se hizo un paro por tiempo indeterminado en reclamo de presupuesto, paritarias y un nomenclador común.
La historia dirá que el 23 de mayo de 1988 los trabajadores de la educación del país, nucleados en la CTERA, realizaron una multitudinaria movilización que llamaron la “la Marcha Blanca” en lo que fue una jornada histórica de la lucha de los docentes argentinos.
En esa lucha exigíamos entre otras demandas, la Paritaria Nacional Docente, hoy una herramienta hecha realidad gracias a la resistencia y la lucha de los docentes argentinos. Por eso el 23 de mayo de 1988 CTERA lo instauró como el Día del Trabajador de la Educación, detallaron desde la organización sindical docente.