
Un conflicto vecinal que podría haberse evitado terminó de la peor manera en la ciudad de La Plata, cuando un hombre de 45 años fue asesinado a tiros tras una discusión por el uso de pirotecnia durante la noche de Navidad. El episodio tuvo lugar en los monoblocks de la calle 609 entre 3 y 4, en el Barrio Aeropuerto, y vuelve a poner en foco la necesidad de resolver los desacuerdos sin violencia.
Según fuentes de seguridad platense, un vecino de 68 años se alteró por los ruidos provocados por fuegos artificiales que arrojaban los hijos de la víctima. En lugar de recurrir al diálogo o a las autoridades, el hombre utilizó un arma de fuego y disparó contra Daniel Néstor Ramírez, quien recibió dos impactos de bala y murió en el descanso de una escalera del complejo habitacional.
Tras un llamado al 911, la Policía llegó al lugar y detuvo al agresor, que se encontraba en su vivienda con una pistola Bersa calibre 40. Durante el operativo, familiares del acusado entregaron otras armas que había en la casa, lo que evidenció la presencia de un arsenal en un entorno residencial, una situación de alto riesgo para toda la comunidad.
La gravedad del hecho generó indignación entre los vecinos, y algunos de ellos reaccionaron incendiando el automóvil del acusado, un Peugeot 504.
Este episodio posterior también expone cómo la violencia tiende a multiplicarse cuando no se canaliza adecuadamente la bronca y el dolor.
La causa quedó a cargo de la UFI Nº 6 y el Juzgado de Garantías Nº 2 de La Plata.
El caso deja una enseñanza clara: los conflictos cotidianos, por molestos que resulten, nunca deben resolverse con armas ni reacciones impulsivas. El diálogo, la mediación y la intervención de las autoridades son las únicas vías para evitar tragedias irreparables.



