La provincia de Buenos Aires dio un paso ikmportante en su política tributaria: redujo casi al mínimo los saldos a favor que acumulan los contribuyentes por retenciones y percepciones a cuenta del impuesto a los Ingresos Brutos. Se trata de fondos que las provincias tradicionalmente utilizan como financiamiento anticipado, pero que en la práctica terminan asfixiando a empresas, pymes y monotributistas.
El gobernador Axel Kicillof, a través de la Agencia de Recaudación bonaerense (ARBA), que conduce Cristian Girard, anunció que en octubre se reglamentará un sistema que eliminará esos pagos adelantados para quienes sean catalogados como contribuyentes de “riesgo cero”.
Según datos oficiales, el stock de saldos retenidos se encuentra en el nivel más bajo desde la creación de ARBA en 2008. Mientras en 2018 equivalían a tres meses de recaudación, hoy representan 0,9 y el objetivo es llevarlos a 0,7. Además, se aceleraron las devoluciones de impuestos en casos de exceso de retenciones.
La reforma se apoya en un nuevo esquema de “Riesgo Fiscal” que diferenciará a los contribuyentes según su historial. Los cumplidores plenos pagarán un 70% vía retenciones y percepciones y un 30% mediante declaraciones juradas, liberando capital de trabajo y simplificando trámites para más de un millón de contribuyentes bonaerenses.
“Logramos sostener e incluso mejorar la recaudación genuina de la Provincia, mientras simplificamos la vida de pymes y monotributistas”, destacó Girard.
La medida busca aliviar al sector productivo en un contexto económico complejo y, al mismo tiempo, mostrar a Kicillof en campaña como un gobernador dispuesto a dar oxígeno a las pymes frente al “riesgo Milei”.