Con más de 40 inscriptos y un entusiasmo creciente, el Profesor Daniel Roldán coordina un espacio formativo en Facundo Quiroga que no solo promueve el aprendizaje vocal, sino también el valor cultural y comunitario de la música. El taller proyecta presentaciones, encuentros formativos y la posibilidad de abrir nuevas propuestas para jóvenes y adolescentes.
Facundo Quiroga vive una nueva etapa musical gracias al impulso del profesor Daniel Roldán, quien lleva adelante el Taller de Canto con un marcado compromiso formativo y social. Este año, el espacio cuenta con más de 40 inscriptos, de los cuales entre 34 y 35 participan activamente en cada clase, lo que representa una cifra muy significativa para una localidad donde la música colectiva aún lucha por romper ciertas barreras culturales, especialmente en lo que respecta a la participación masculina.
“El año pasado ya veníamos planificando este tipo de actividades, pero por cuestiones de disponibilidad docente no pudimos concretarlo. Por eso, este año dimos inicio al primer encuentro formativo de canto, que busca sumar herramientas vocales al taller y enriquecer la propuesta”, explicó Roldán.
El primer encuentro se realizó un día viernes, fuera del horario habitual de clases, y contó con la participación de más de 20 personas. El éxito fue tal que ya se proyecta un segundo encuentro para agosto, además de un ensayo abierto a la comunidad y el cierre anual programado para noviembre.
El docente remarcó que la participación femenina sigue siendo dominante en este tipo de espacios: “De cuatro varones que comenzaron, hoy solo quedan dos. Las voces masculinas suelen estar ausentes en los coros, en parte por timidez o por miedo al ridículo. Muchos varones aún sienten vergüenza de exponerse cantando”. Sin embargo, el taller trabaja para desarmar estos prejuicios, promoviendo un ambiente inclusivo, amigable y de crecimiento.
Roldán rememoró también la tradición musical familiar como parte esencial de su vínculo con la música. Relató con humor una anécdota de infancia, cuando su madre –Alicia “Ochita” Sánchez, figura pionera del canto coral en Quiroga– lo ponía a prueba en el coro familiar: “Cuando cantó mi hermano Jorge se quemó la leche, y cuando canté yo se quemó el arroz. Así elegía ella quién tenía mejor voz”.
Actualmente, el taller incluye personas desde los 12 hasta los 25 años, y se plantea la posibilidad de abrir un nuevo espacio más orientado a la música instrumental o percusiva, respondiendo a la creciente demanda de jóvenes y adolescentes por aprender a tocar y crear música. Esta propuesta ya fue presentada a la directora de Educación Municipal, Marisa Poratti, y podría materializarse en el futuro cercano.
Además, Roldán manifestó su apertura para realizar presentaciones en espacios significativos de la comunidad, como la Iglesia Nuestra Señora del Carmen, especialmente en fechas relevantes como las fiestas patronales del 16 de julio, donde la acústica y el valor simbólico del lugar suman a la experiencia musical.
“El canto es una forma de expresión poderosa, es cultura, es comunidad. Seguimos apostando a que más personas se animen, a que la música llegue a todos los rincones. Porque cantar, además de ser hermoso, une, emociona y transforma”, concluyó el profesor.
El taller de música en Facundo Quiroga no solo es un espacio de aprendizaje vocal, sino una plataforma de inclusión, revalorización cultural y construcción comunitaria, que demuestra que la música sigue siendo un lenguaje universal y profundamente humano.