Tras años de investigaciones y pruebas el 10 de marzo de 1.876, Alexander Graham Bell logró que su teléfono funcionara, usando un transmisor líquido.
Cuando Bell pronunció la famosa frase “Mr. Watson-ven aquí-quiero verte” en el transmisor líquido, Watson, a la escucha en el extremo receptor en una habitación contigua, recibió las palabras claramente.
Su hallazgo marcó el inicio de una tecnología que hoy sigue siendo uno de los recursos de comunicación más importantes de nuestra vida diaria.
Pero la historia de este histórico momento tiene un sombrío contexto.
Bell no era el único que estaba trabajando en el modelo de un teléfono.
En 1860 Antonio Meucci presentó el teléfono, el cual, por falta de dinero, no pudo patentar. Con este invento pudo transmitir la voz de un cantante a una distancia considerable. En 1871 hizo un trámite preliminar de su invento y se acercó a Western Union, quienes prolongaron la presentación de su material hasta que le informaron que lo habían perdido.
En 1876, Meucci se enteró del invento de Bell y tomó acciones legales, pero pasaron los años y no logró nada. Falleció en 1886 sin el reconocimiento de su trabajo. Fue hasta el 2002 cuando se le dio crédito a su trabajo y contribuciones en el Boletín Oficial de la Cámara de Representantes de Estados Unidos.
Lo cierto es que esas investigaciones y el logro del 7 de marzo de 1876, cuando Alexander Graham Bell transmitió el primer mensaje por teléfono, la ciencia a avanzado a la inmediatez de los mensajes de WhatsApp, donde quieres que estés en el planeta.
Agencia MTR