La guerra con Gran Bretaña por las Islas Malvinas, aceleró la caída del Proceso de Reorganización Nacional que desde marzo de 1976 gobernaba argentina.
Y ese desplome se coronó con el voto popular del 30 de octubre de 1983. Hace 38 años de ese proceso.
En las urnas ganó Raúl Alfonsín. Y desde el 10 de diciembre cuando asumió ejercer los seis años del mandato que le marcaba la constitución se puso en marcha un proceso de pluralidad de ideas y participación ciudadana canalizada en los partidos políticos.
Ese triunfo, del candidato de la Unión Cívica Radical con un 51.75% del voto popular y 317 votos de los 600 miembros del Colegio Electoral, por sobre el referente del partido Justicialista, Ítalo Lúder, que obtuvo el 40.16 % del voto popular y 259 electores puso en marcha el camino ininterrumpido hasta nuestros días.
Ese período más largo de continuidad democrática de la historia argentina, no interrumpido desde entonces, convoca a reflexionar en la importancia que el diálogo, y el respeto es el camino para salir de las dificultades que aquejan a la sociedad.
Las interrupciones violentas a los caminos de la institucionalidad, no solo generan violencia, dificultan encauzar puntos de racionalidad.
Fue, además, la primera victoria en una elección presidencial obtenida hasta entonces por la Unión Cívica Radical desde 1928 y la primera derrota del Partido Justicialista en elecciones libres.
Que el hecho histórico que se recuerda, convoque, ante elecciones intermedias inmediatas a reflexionar que el respeto a la ley, a los rivales en las elecciones son un camino de crecimiento para seguir afianzando, y sobre él construir un mejor mañana.