La escarapela o cucarda es un símbolo nacional en muchos países.
Se la caracteriza como la divisa compuesta de cintas de uno o más colores hecha en forma de rosa o lazo, la cual se ponía en el sombrero y servía, entre otras cosas, para distinguir entre los diferentes ejércitos y naciones y para reconocer a los de una facción o bando en los diversos partidos que se formaban sobre algún asunto político.
En el caso argentino, el Triunvirato aprueba – un 2 de marzo de 1812 – el uso de la escarapela azul celeste y blanca, estableciéndola no sólo como un distintivo militar, como lo había propuesto Belgrano, sino con el aditamento nacional pudiendo usarla “cualquier paisano como distinción de nuestro sistema”.