
En esta jornada de Navidad, la explanada de la Iglesia Catedral de Nueve de Julio fue escenario de un emotivo Pesebre Viviente, que convocó a la comunidad en una profunda manifestación de fe, compromiso y celebración cristiana.
La representación contó con la participación de más de 50 personas en escena, entre niños, jóvenes y adultos, quienes recrearon los momentos más significativos del nacimiento de Jesús. Uno de los momentos más conmovedores fue la presencia de un bebé de seis meses, que encarnó al Niño Jesús, despertando ternura y emoción entre los presentes, llevado en alza por María (Agustina Martinelli), con devoción, cuido y cariño como verdadera Madre.
La puesta en escena incluyó las tradicionales escenas de la Anunciación, la Visitación de María a Isabel, el camino a Belén, la busqueda de posadas para pasar la noche y sus negativas, el nacimiento en el pesebre y la adoración de los pastores y los Reyes Magos, todo acompañado por relatos y cantos que reforzaron el mensaje central: “Nace Jesús, renace la alegría”.
El despliegue artístico y espiritual fue el reflejo del trabajo comunitario y del compromiso de quienes hicieron posible esta celebración que enamoró a los presente.
Al finalizar la representación, el obispo Ariel Torrado Mosconi dirigió unas palabras de agradecimiento, destacando la dedicación de los participantes y el valor del Pesebre Viviente como testimonio de fe viva, especialmente en este tiempo de Navidad.
La noche cerró entre aplausos y emoción, renovando el espíritu navideño y recordando que el nacimiento de Jesús sigue siendo, hoy, un mensaje de esperanza para todos.





