El espacio verde ubicado en la intersección de Cavallari y Blas Parera, en la ciudad de 9 de Julio, fue oficialmente nombrado como “Plaza Armando Tejada Gómez” mediante la Ordenanza Nº 6169/19, aprobada por unanimidad en el Honorable Concejo Deliberante el 14 de noviembre de 2019. Sin embargo, a casi seis años de aquella votación, el reconocimiento permanece solo en los papeles: no hay placa, cartel ni señalización que mencione al poeta mendocino, referente ineludible de la cultura popular latinoamericana.
Armando Tejada Gómez fue un autor fundamental, no solo por su poesía social y humanista, sino por haber puesto en palabras las voces silenciadas de América Latina. Nacido en Mendoza, de raíces huarpes y en el seno de una familia humilde, trabajó desde los seis años y se formó como autodidacta. Fue autor de la célebre “Canción con todos” —considerada himno de América Latina— y uno de los fundadores del Movimiento del Nuevo Cancionero, junto a Mercedes Sosa, Oscar Matus y Tito Francia.
Durante los años de dictadura, Tejada Gómez vivió momentos de persecución y refugio. Pasó temporadas en la ciudad de Nueve de Julio, donde convivió con su compañera, la profesora, escritora y poeta Dora Giannoni, hija de esta tierra. En esas estadías nacieron vínculos profundos con artistas locales y vecinos, y se gestaron partes de obras como su novela premiada en España, Dios era olvido.
La poeta Dora Giannoni, quien escribió su biografía en el libro Profeta del Viento, ha sido una incansable promotora de su legado. Ella relata que por intermedio de Armando, llegaron a 9 de Julio personalidades como Hamlet Lima Quintana, José Murillo, Ismael Colombo, Perla Aguirre, el Dúo Salteño, Los Andariegos, entre muchos otros. Además, el propio Tejada Gómez inmortalizó a la plaza Manuel Belgrano con su poema “Plaza de los tilos”, incluido en Historia de tu ausencia.
En ese mismo espíritu, la ordenanza de 2019 pretendía materializar el homenaje al poeta y darle al espacio público un valor simbólico y educativo. En palabras de Giannoni, “sería hermoso que cuando un niño pregunte quién fue la persona por la que lleva el nombre ese lugar donde juega, sepa que fue alguien que, habiendo salido de la mayor pobreza, estudió, escribió y luchó siempre por un mundo más justo”.
Hoy, ese espacio sigue esperando. El cartel con su nombre aún no está, y tanto Armando Tejada Gómez como Dora Giannoni continúan siendo figuras invisibilizadas en el entramado urbano. Reconocerlos no es solo un acto de memoria: es también una forma de construir identidad y transmitir valores a las nuevas generaciones, recuerda a Cadena Nueve Miguel Longarini.
Es tiempo de saldar esa deuda.