La Cámara de Comercio de Nueve de Julio, a través de su Subcomisión de Comercios y Asociados, realizó una nueva edición del concurso “Compre Local” con motivo del Día del Padre. En esta oportunidad, se repartieron $250.000 en premios entre vecinos que realizaron sus compras en los 20 comercios adheridos a la iniciativa.
El concurso, que busca fortalecer la economía local incentivando las compras en el partido de Nueve de Julio, benefició a tres vecinos que fueron seleccionados mediante sorteo. Francisco Facio y Susana Sabbatini recibieron cada uno una orden de compra de $100.000, mientras que Raquel Peralta fue premiada con una orden de $50.000. Todos los ganadores podrán utilizar sus premios exclusivamente en los comercios socios de la entidad.
Marita Linarez, referente de la Subcomisión de Comercios y Asociados, agradeció a los locales participantes y a los vecinos que eligieron comprar en el distrito. Además, adelantó que ya se está organizando una nueva edición del concurso para el próximo Día del Niño, que se celebrará en agosto. Aunque no se precisó aún el monto del premio, invitó a los vecinos a estar atentos a las promociones y a los comercios adheridos.
El concurso “Compre Local” se ha consolidado como una herramienta clave para promover el desarrollo del comercio de cercanía y el fortalecimiento del vínculo entre vecinos y comerciantes del partido de Nueve de Julio.



Consideración de Cadena Nueve
Corazón de barrio, motor de ciudad: el valor de elegir el comercio local
Comprar en los negocios de la ciudad no solo mueve la economía: fortalece vínculos, genera empleo y mantiene viva la identidad de cada comunidad.
Una panadería que conoce tu nombre en el saludo diario al ingresar en negocio, un almacén que fía cuando más lo necesitas, un taller que repara en el acto.
El “compre local”, más que una consigna, es una red de vínculos y un acto de compromiso con la comunidad. Cada vez que alguien elige consumir en los negocios de su ciudad, está invirtiendo, sin saberlo, en el desarrollo económico, social y cultural de su propio entorno.
Impulsar el comercio local no es una moda, sino una estrategia concreta que dinamiza las economías regionales. Los ingresos que generan los negocios de barrio —desde la verdulería hasta el emprendimiento textil— en su mayoría se reinvierten en la misma ciudad: generan empleo, contratan servicios, pagan impuestos que luego se traducen en obras y servicios públicos.
El impacto es directo. Cada vez que alguien compra en un comercio local, está ayudando a que ese negocio siga de pie, a que mantenga sus empleados y a que se animen a crecer. Además, fomenta la identidad. No es lo mismo comprar en una cadena anónima que entrar a un lugar donde saben cómo te gusta el café y te lo preparan a medida.
Además, el compre local no solo implica adquirir productos: también se trata de valorar el trabajo de los emprendedores, de quienes ofrecen servicios o crean productos con sello propio. Ferias, mercados barriales, cooperativas y pequeños fabricantes hoy representan una alternativa sostenible frente al consumo masivo.
Desde muchas municipalidades en trabajo conjunto con las Cámaras de Comercio ya se impulsan campañas para fomentar estas prácticas, bajo lemas como “Comprá acá, crecemos todos” o “Lo nuestro vale”. El mensaje es claro: cuando una comunidad elige a sus comerciantes, sus comerciantes devuelven con trabajo, cercanía y confianza.
Porque detrás de cada compra local hay una historia, una familia y un futuro que sigue latiendo en el corazón de la ciudad.