Este domingo, tal como lo había anunciado el Servicio Meteorológico Nacional, se registraron lluvias intensas en el distrito, afectando especialmente a las zonas rurales. A pesar de las advertencias y la ordenanza vigente que prohíbe la circulación durante precipitaciones para preservar la transitabilidad de los caminos, la Liga Nuevejuliense de Fútbol decidió que se disputaran los partidos programados.
En la localidad de La Niña, bajo una lluvia torrencial, se jugó el primer partido de la fase II del campeonato.
En Morea, donde se disputaban cuatro encuentros del fútbol femenino, la situación fue crítica: cuatro vehículos que trasladaban al plantel de Defensores de la Boca quedaron encajados y dos de ellos sufrieron daños considerables. También se reportó que una combi logró pasar, pero deterioró aún más el estado del camino, agravando la situación para quienes deben transitar por necesidad.
Los vecinos rurales manifestaron su malestar. “No se puede circular ni a caballo”, afirmó un productor de la zona. La preocupación se centra no solo en los daños inmediatos, sino también en las consecuencias para la actividad agrícola, ya que muchos camiones vinculados a la cosecha no podrán circular por varios días.
La polémica crece en torno al rol de la Liga, que recibió llamados de varios clubes solicitando la suspensión de la fecha. Sin embargo, la decisión fue continuar con el calendario previsto, sin tener en cuenta las condiciones climáticas ni el impacto en las comunidades rurales.
Desde el ámbito rural piden mayor responsabilidad institucional y respeto por la ordenanza que prohíbe la circulación bajo lluvia, no solo para evitar daños materiales, sino también para garantizar que ambulancias, bomberos y servicios de emergencia puedan actuar ante cualquier eventualidad.