En una emotiva entrevista en Despertate, programa que este fin de año cumple 4.610 emisiones, que se transmite por la Cadena Nueve, Máxima 89.9 y Visión Plus TV, Pamela Serani relató el angustioso proceso vivido por su hijo Federico, un adolescente de 19 años con parálisis cerebral, que sufrió bullying y discriminación ya desde que estaba en el colegio San Agustín de Nueve de Julio. A pesar de las dificultades propias de su condición, Federico fue víctima de un violento ataque verbal por parte de algunos de sus compañeros, quienes lo hostigaron con insultos y amenazas, llevándolos al borde de una situación extrema. Ocho participaron del hecho. La situación llegó a un punto extremo cuando, en diciembre, los agresores enviaron audios de WhatsApp amenazando con golpearlo.
Pamela, visiblemente afectada, detalló cómo su hijo empezó a sentirse cada vez más incómodo en el aula – todo fue cuando cambió de compañeros de curso por haber repetido-, recibiendo constantes bromas y comentarios crueles sobre su capacidad. “Federico me decía que ya no quería ir más al colegio. Las bromas pesadas y las amenazas lo hicieron sentir muy mal, y fue un proceso doloroso para él”, comentó Pamela, quien relató cómo su hijo vivió un proceso de angustia constante.
El episodio más grave ocurrió recientemente en este diciembre, cuando Federico fue amenazado a través de audios de WhatsApp, donde sus agresores, en tono de burla, le advirtieron que lo esperarían para golpearlo. La situación terminó en una pelea física en la calle en la puerta de su casa entre uno de los agresores y un amigo de Federico, y aunque el incidente se zanjó momentáneamente, la violencia continuó en el ciberespacio con los hostigamientos.
Lo más doloroso para Pamela fue la falta de empatía por parte de algunos de los padres de los agresores. “Solo una familia, la de los Librandi, vino a disculparse sinceramente. Los demás ni siquiera mostraron arrepentimiento. Esto me duele profundamente”, expresó con tristeza.
Federico, por su parte, sigue lidiando con las secuelas emocionales de la violencia. “Es difícil para la gente entender lo que significa vivir con una discapacidad y enfrentarse a la discriminación a diario”, señaló Pamela.
A pesar del apoyo de algunos amigos y familiares, la situación sigue siendo un desafío constante. Federico, quien nació con una discapacidad severa tras complicaciones en su nacimiento, vivió su vida luchando contra las barreras físicas. Sin embargo, lo que nunca imaginó fue tener que enfrentar un ataque tan violento a manos de otros jóvenes, exalumnos de su colegio marianista, quienes se mostraron totalmente indiferentes ante el sufrimiento de su compañero.
El ataque y la falta de respuesta
El 22 de diciembre, Federico fue agredido por un grupo de adolescentes, quienes no solo lo atacaron con palabras y pirotecnia, sino que también demostraron una total falta de responsabilidad y empatía por su situación. Pamela, angustiada, intentó contactar a las familias de los agresores, pero la respuesta fue fría y evasiva. “Tuve que tomar el teléfono y decir: ‘Tu hijo estuvo anoche arriba de una camioneta, ¿no te preocupa saber qué pasó?’ Pero la respuesta fue nula”, relató Pamela, visiblemente conmovida.
Uno de los padres le aseguró que iba a disculparse personalmente, pero nunca lo hizo. En el caso de los agresores más violentos, Pamela no consiguió ni siquiera un contacto directo con sus familias. “La madre de uno de ellos nunca la conocí, y el padre solo me mandó un mensaje de texto, pero nunca me dio la cara”, explicó la madre.
La denuncia y la indiferencia del colegio
El ataque no solo dejó secuelas personales, sino que también reveló la indiferencia del sistema educativo. Pamela había expresado sus preocupaciones al colegio en varias ocasiones, pero la respuesta fue tardía y negligente. “Me hubiera gustado que el colegio actuara de inmediato, que llamaran, que dijeran: ‘Vamos a solucionar esto’, pero nunca ocurrió”, comentó Pamela.
El incidente cobró aún más relevancia cuando uno de los agresores, Emir Quiroga, compartió en sus redes sociales una foto entrenando en el gimnasio, acompañada de un mensaje amenazante: “Entrenando para el Summer 2026 y salir a taclear discapacitados”. Pamela expresó su angustia ante este mensaje, que consideró una clara amenaza hacia su hijo.
El impacto de la violencia y la discriminación
Pamela no solo tuvo que enfrentarse a la violencia física contra su hijo, sino también a una profunda discriminación que se evidenció en la falta de respuestas y en la indiferencia de muchas personas que deberían haber intervenido. “La discapacidad no se elige. Los chicos deben entender que ser diferente no es algo malo. Necesitan aprender a respetar”, reflexionó Pamela.
A pesar de la falta de apoyo inicial, Pamela decidió no quedarse en silencio. Presentó una denuncia civil y penal contra los agresores, basándose en la ley que tipifica la discriminación. “No voy a permitir que mi hijo se quede en casa encerrado. Si estos chicos siguen actuando como lo hicieron, como madre no puedo quedarme tranquila”, subrayó Pamela.
La lucha por el respeto y la justicia
A través de su relato, Pamela hace un llamado a la reflexión y a la acción. “Debemos educar a nuestros hijos para ser mejores personas, para ser solidarios, para ser respetuosos”, expresó. Pamela también destacó la importancia de que las autoridades locales y el estado intervengan para prevenir situaciones como esta. “La violencia está en primer plano, y mientras esto siga ocurriendo, necesitamos fomentar el diálogo, el amor y dar buenos ejemplos”, concluyó.
Pamela cerró su entrevista con Gustavo Tinetti, conductor del ciclo radial, con una reflexión sobre el papel de la sociedad y los adultos en la formación de los jóvenes. “A veces el silencio es más fuerte que la voz. Los chicos cometen errores, pero nosotros, los adultos, debemos enseñarles a reconocerlos y corregirlos. La justicia es necesaria, pero la prevención es aún más importante”, finalizó.
El caso de Federico Serani es solo uno de los tantos ejemplos de cómo el bullying y la discriminación pueden afectar profundamente la vida de una persona. Sin embargo, es también un llamado urgente a la acción para que la sociedad tome conciencia de los efectos devastadores de la violencia, especialmente cuando se dirige hacia los más vulnerables. La lucha por el respeto y la justicia es un trabajo constante, que comienza en cada hogar, cada escuela y cada comunidad.

Audios que recicbió Federico
Federico, por su parte, sigue lidiando con las secuelas emocionales de este sufrimiento. “La gente no entiende lo que es vivir con una discapacidad y enfrentar la discriminación día tras día”, señaló Pamela. Aunque la familia continúa adelante con el apoyo de amigos y algunas personas cercanas, la situación sigue siendo un desafío constante.


