En un mundo marcado por la desigualdad y los desafíos globales como el cambio climático, las crisis alimentarias y las pandemias, la cooperación entre los países del hemisferio sur —Asia, África, América Latina y Oceanía— se consolida como una vía efectiva para impulsar el desarrollo sostenible.
Establecido oficialmente por la Asamblea General de la ONU en 2011, el Día de la Cooperación Sur-Sur conmemora la adopción en 1978 del Plan de Acción de Buenos Aires (PABA), un hito en la historia de la diplomacia internacional que sentó las bases para una colaboración más equitativa entre países en desarrollo.
La cooperación Sur-Sur no solo implica el intercambio de recursos, tecnología o asistencia técnica, sino también la creación de alianzas estratégicas basadas en la solidaridad, el respeto mutuo y la búsqueda conjunta de soluciones a problemas compartidos. Desde proyectos agrícolas en África impulsados por tecnologías latinoamericanas, hasta programas de salud colaborativos en Asia, este enfoque ha demostrado su capacidad para generar impactos concretos a nivel local y regional.
En el contexto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030, la ONU continúa impulsando la cooperación Sur-Sur como una pieza clave para reducir las brechas económicas, fortalecer la resiliencia y construir un futuro más justo para todos. La edición de este año hace un llamado especial a intensificar estos esfuerzos, especialmente en áreas como la transición energética, la innovación digital y la adaptación al cambio climático.
“La solidaridad entre los países del Sur es más necesaria que nunca”, afirmó António Guterres, Secretario General de la ONU. “La cooperación Sur-Sur está transformando realidades y debe ser apoyada, ampliada y celebrada”.