Un promedio de 22 personas intenta quitarse la vida cada día en Argentina. La cifra surge del último Boletín Epidemiológico del Ministerio de Salud de la Nación, que registró 15.807 intentos de suicidio entre abril de 2023 —cuando se estableció la notificación obligatoria— y abril de 2025. De esos casos, 906 terminaron con desenlace fatal, lo que representa más de una muerte por día.
El documento advierte que se trata de “un problema de salud pública creciente y prioritario”, con una fuerte incidencia en adolescentes y jóvenes de entre 15 y 24 años, particularmente mujeres. Sin embargo, los hombres registran una mayor letalidad en los episodios: el riesgo de muerte es cinco veces superior, con el ahorcamiento como método más frecuente.
Un fenómeno que preocupa
El grupo etario de 15 a 19 años es el más afectado, con tasas que alcanzan los 91 casos cada 100.000 habitantes. Además, se detectaron 23 intentos en niños de entre 5 y 9 años, una cifra baja pero alarmante, que especialistas consideran una “señal de alerta urgente” para reforzar la prevención en las infancias.
El 94,3% de los intentos no resultó fatal. Las mujeres representaron el 60% de los casos, y el 85% de los episodios ocurrieron dentro del hogar. La sobreingesta de medicamentos fue la modalidad más usada (46%), mientras que los varones recurrieron con mayor frecuencia a métodos de alta letalidad como el ahorcamiento (39%) y el uso de armas de fuego.
¿Por qué se registran más casos?
Desde abril de 2023, el Ministerio de Salud implementó la notificación obligatoria de intentos de suicidio en el marco de la Ley Nacional Nº 27.130. Esto permitió crear una red de vigilancia nacional con 23 jurisdicciones y más de 170 centros de salud notificadores.
Si bien las cifras parecen indicar un crecimiento sostenido, los especialistas aclaran que el aumento de casos reportados puede deberse más a una mejora en la detección y el registro que a una suba real en los intentos. “El fenómeno aún está en fase de implementación en muchas provincias, por lo que los datos no reflejan con exactitud la magnitud total del problema”, detalla el informe.
Perfiles y factores de riesgo
Entre los casos con información clínica, dos factores se destacaron: diagnósticos previos de salud mental (20%) e intentos de suicidio anteriores (también 20%). También influyen el consumo problemático de sustancias como alcohol y cocaína.
Más de la mitad de las personas afectadas (55%) requirió internación, y casi un 6% fue derivado a cuidados intensivos. En cuanto a los fallecimientos, el 76% fueron hombres, en su mayoría adultos jóvenes de entre 20 y 34 años.
Prevención: una estrategia urgente
Las autoridades sanitarias insisten en la importancia de fortalecer los mecanismos de prevención, atención y acompañamiento. Esto incluye:
Capacitación continua para el personal de salud en detección y abordaje de crisis.
Dispositivos de atención telefónica gratuita con enfoque en salud mental.
Enfoques intersectoriales adaptados a las realidades locales.
Estrategias específicas para adolescentes y personas mayores, los dos grupos más vulnerables.
“El suicidio es muchas veces prevenible”, concluye el boletín. Pero requiere un trabajo conjunto entre salud, educación, organizaciones sociales y políticas públicas que garanticen el acceso a la atención oportuna, el acompañamiento sostenido y la construcción de redes comunitarias de cuidado.
Si vos o alguien que conocés está atravesando una situación de crisis, podés comunicarte de forma gratuita y confidencial con la Línea 144 o 0800 345 1435 (desde todo el país), disponible las 24 horas.