La corrupción engendra más corrupción y fomenta una cultura destructiva de impunidad. La Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción es uno de los principales instrumentos de los que se dispone para avanzar en esa lucha.
Cada año se paga un billón de dólares en sobornos y se calcula que se roban 2,6 billones de dólares anuales mediante la corrupción, suma que equivale a más del 5% del producto interior bruto mundial. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, se calcula que en los países en desarrollo se pierde, debido a la corrupción, una cantidad de dinero diez veces mayor que la dedicada a la asistencia oficial para el desarrollo.
La corrupción es un delito grave que frena el desarrollo económico y social en todas las sociedades. Ningún país, región o comunidad es inmune.
Este año, aprovecharemos el reconocimiento del tema plurianual “Unidos contra la corrupción” y continuaremos apoyando la Agenda 2030, que constituye la columna vertebral de la campaña, aunque esta vez contaremos con un componente juvenil extra.
La gente a menudo piensa que la corrupción es “solo una forma de vida”, pero cada sociedad, sector e individuo podría obtener aún más beneficios si actuáramos “Unidos contra la corrupción”. Y en esta jornada se pretende llamar la atención de los medios de comunicación y los Gobiernos para dar a conocer problemas sin resolver que precisan la puesta en marcha de medidas políticas concretas.
Es de resaltar que corrupción es la acción y efecto de corromper (depravar, echar a perder, sobornar a alguien, pervertir, dañar). El concepto, de acuerdo al diccionario de la Real Academia Española (RAE), se utiliza para nombrar al vicio o abuso en un escrito o en las cosas no materiales.
La corrupción, por lo tanto, puede tratarse de una depravación moral o simbólica. Por ejemplo: “No debemos tolerar la corrupción de nuestras tradiciones por presiones extranjeras”, “Las declaraciones del ministro contribuyen a la corrupción del acuerdo de paz”.
En otro sentido, la corrupción es la práctica que consiste en hacer abuso de poder, de funciones o de medios para sacar un provecho económico o de otra índole. Se entiende como corrupción política al mal uso del poder público para obtener una ventaja ilegítima: “Los casos de corrupción de este país han llegado a las primeras planas de los diarios del mundo”, “El ex presidente será enjuiciado por corrupción en la compra de un avión”, “Me encargaré de perseguir la corrupción para que no haya ningún escándalo en mi gobierno”.
Exigir un acceso fácil a información transparente es un buen camino para que los gobiernos den cuenta de los usos de los dineros públicos en cada área de gestión.