Los derechos nacen dentro de la sociedad, como instituciones para garantizar el orden, la armonía y el bien común. La razón, como aquella habilidad de discernir aquello de lo que se cree bueno y de lo que se cree malo, es la que permite al individuo tomar decisiones previendo un resultado. Esto hace que se establezcan normas que permitan convivir. Estas herramientas implican necesariamente tomar la decisión racional de respetarlos.
Por otro lado, en ausencia de seres humanos, en los lugares donde interactúan los animales, no existe otra ley que no sea la supervivencia del más fuerte o hábil. Se plantea, también, entender que los animales poseen el sistema nervioso desarrollado, es decir, tienen la capacidad de sentir dolor (de sentir en general). El debate actualmente planteado implica reflexionar sobre si esta es o no una condición suficiente para nombrar a los animales como sujetos de derecho. El debate es complejo y está abierto.
Si bien esta discusión llegó a tomar estado jurídico en varios países, lo que aún no se ha logrado implementar son estrategias educativas que formen parte de un plan más amplio: la violencia y la crueldad no son aceptables nunca, ni entre seres humanos, ni ejercida sobre otras especies vivas. El sufrimiento animal producto de actos deliberados por parte del ser humano es algo lamentable, pero ningún debate puede dejar por fuera lo referente a la coexistencia con animales y sus repercusiones en la salud pública para establecer medidas que minimicen los factores de riesgo de zoonosis en la ciudades y zonas rurales.
El Colegio de Veterinarios de la Provincia de Buenos Aires trabaja y promueve incansablemente la Tenencia Responsable porque implica tomar conciencia de un doble compromiso fundamental de cada individuo: el la de garantizar el bienestar y la sanidad de los animales y el de preservar la salud pública. La armonía de la convivencia con ellos depende de nuestra capacidad como seres humanos para generar esas condiciones, tanto en las ciudades como en todo el territorio. No es posible pensar estas dos cuestiones por separado porque, como tantas veces se ha expresado, cuidar la salud y el bienestar de los animales domésticos y silvestres, es cuidarnos a nosotros mismos, a toda la comunidad, a los ecosistemas y, por ende, a la vida.
Esta Institución ha expresado la ausencia de estrategias educativas dentro de un plan integral para cualquier debate que implique este doble compromiso. Es indispensable la participación del Ministerio de Educación y de la ciudadanía en el diseño de las políticas públicas integrales a implementar.
Desde el Colegio de Veterinarios se insiste en la inclusión de la Tenencia Responsable en la currícula de educación, pero también, la relación entre los seres vivos en cualquier tipo de debate que implique pensar en la salud, bienestar e integridad de todos, el ser humano incluido. Prevenir es el camino para el cambio, promoviendo las prácticas responsables y la conciencia necesarias.
La educación debe una herramienta fundamental para la prevención y debe estar presente en cualquier debate sobre la sanidad de los animales.