En tiempos de crisis, la historia demuestra que la unidad es el camino para superar la adversidad.
Cuando los recursos se agotan, la respuesta colectiva de la comunidad debe prevalecer sobre cualquier diferencia política. Sin embargo, hoy vivimos una paradoja inquietante: en lugar de unirse en una Mesa de Coordinación, algunos actores políticos parecen anteponer sus intereses partidarios a las necesidades urgentes de la comunidad.
La emergencia hídrica que afecta a Nueve de Julio es un claro ejemplo de esta desconexión. A lo largo de la historia, las crisis han sido momentos en los que los actores políticos se unían para buscar soluciones conjuntas. Sin embargo, en este caso, la política local no cumple su rol de resolver problemas, sino que se convierte en un obstáculo donde las disputas ideológicas y los intereses mezquinos opacan lo realmente importante: la supervivencia de los afectados.
La intendenta María José Gentile ha sido clara en su mensaje desde CN: la emergencia hídrica es un desafío común, y para enfrentarlo, es fundamental que todos los sectores trabajen juntos. Ha llamado a la unidad, a dejar las diferencias de lado y a priorizar el bien común.
Sin embargo, esta solicitud ha sido ignorada por algunos sectores políticos, especialmente aquellos con conexiones a nivel nacional, cuya ausencia en la respuesta colectiva es preocupante.
En lugar de aportar soluciones, critican constantemente las acciones en marcha.
Lo que está en juego no es solo la capacidad de Nueve de Julio para enfrentar la crisis, sino también la credibilidad del sistema político. En momentos de angustia colectiva, la política debe dejar de ser un campo de lucha y convertirse en un instrumento de solución. Esto no significa negar las diferencias ideológicas, sino reconocer que en situaciones extremas, la acción conjunta es la única opción viable.
La actitud de algunos actores políticos refleja una desconexión alarmante con las necesidades de los vecinos. En vez de utilizar sus recursos e influencias para movilizar soluciones, optan por el silencio, lo que solo agrava la sensación de desafección y abandono.
Es cierto que las crisis no tienen una única respuesta, pero la diversidad de enfoques debe estar orientada a un mismo objetivo: la resolución del problema. Las tormentas, el agua y las lluvias no entienden de banderas políticas. Por ello, los dirigentes deben actuar con claridad: ante una emergencia de esta magnitud, el interés colectivo debe prevalecer sobre cualquier disputa partidaria.
Gentile destaca la importancia del trabajo conjunto entre diferentes niveles de gobierno, y esta no es una mera declaración simbólica. En la práctica, áreas oficiales de la provincia, el municipio, la Sociedad Rural, comerciantes y diversos espacios políticos, más allá de las divisiones, están unidos en la acción. El trabajo en equipo es la única forma de garantizar una respuesta efectiva.
Es fundamental que algunos concejales de Nueve de Julio, independientemente de su color político, comprendan que esta es una oportunidad para demostrar su compromiso con la comunidad. Las discusiones ideológicas deben ceder ante la necesidad de garantizar el bienestar de los ciudadanos. La política debe ser, ante todo, un vehículo de soluciones, no una barrera que impida avanzar.
Al final, lo que está en juego no es solo la respuesta a la crisis hídrica, sino también la credibilidad de los actores políticos ante la ciudadanía. En tiempos de angustia, la única respuesta válida es la unidad.
Es hora de que todos los actores políticos en Nueve de Julio, y en todo el país, comprendan que la acción debe prevalecer sobre la inacción y que la unidad debe ser el principio rector para superar cualquier crisis.