
Cada 14 de noviembre se conmemora el Día Mundial de la Diabetes. Representa una oportunidad clave para recordar el poder que tiene la alimentación en la mejora de la calidad de vida de quienes viven con esa patología.
La diabetes es una enfermedad crónica que se caracteriza por niveles elevados de glucosa en sangre debido a una deficiencia en la producción o en la acción de la insulina. Su incidencia está en aumento a nivel mundial, impulsada principalmente por el sedentarismo, el sobrepeso, el estrés y los malos hábitos alimentarios. La amplia mayoría de los casos son de diabetes tipo 2 y puede prevenirse o incluso revertirse con un estilo de vida saludable y una nutrición basada en plantas.
La alimentación cumple un rol central en este proceso. No se trata de ‘hacer dieta’, sino de aprender a comer de forma equilibrada, consciente y sostenible en el tiempo
Una ingesta saludable para prevenir o controlar la diabetes incluye el consumo de frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, proteínas magras y grasas de buena calidad, limitando los alimentos ultraprocesados, azúcares añadidos y bebidas azucaradas. Es importante comprender cómo influyen los alimentos en la glucemia, aprender a leer etiquetas, organizar las comidas y adoptar rutinas que incluyan el movimiento son pasos esenciales para empoderar a las personas y ayudarlas a tomar decisiones más saludables.
El tema de este año, “Diabetes en las diferentes etapas de la vida”, refuerza nuestro compromiso de reducir el riesgo de diabetes y garantizar que todas las personas diagnosticadas tengan acceso a una atención integral, equitativa y de calidad.
Datos clave sobre la diabetes
Prevención
- La diabetes tipo 1 no se puede prevenir.
- La diabetes tipo 2 a menudo se puede prevenir mediante una alimentación saludable, actividad física regular, mantener un peso corporal adecuado y no consumir tabaco.
- Dejar de fumar reduce el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 entre un 30 y un 40%.
Complicaciones
- La diabetes es una de las principales causas de ceguera, insuficiencia renal, ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares y amputación de miembros inferiores.
- La diabetes se asocia con aproximadamente el doble de riesgo de padecer tuberculosis (TB) y un mayor riesgo de tuberculosis multirresistente.
- Las personas con tuberculosis y diabetes tienen el doble de riesgo de morir durante el tratamiento de la tuberculosis y tienen el doble de riesgo de recaída de la tuberculosis una vez finalizado el tratamiento.
Tratamiento y control
- La diabetes se puede tratar eficazmente, y sus complicaciones se pueden evitar o retrasar con exámenes y tratamientos regulares.
- Las personas con diabetes deben someterse a pruebas periódicas de detección de complicaciones para ayudar en la detección temprana. Esto incluye pruebas de detección de enfermedades renales, exámenes oculares periódicos y evaluaciones de los pies.
- Sólo alrededor del 50% de las personas con diabetes tipo 2 obtienen la insulina que necesitan, a menudo porque los sistemas de salud de su país no pueden permitírselo.


