María Márquez y Florencia Gómez, secretaria y subsecretaria de Desarrollo Comunitario respectivamente, detallaron en Despertate el despliegue de asistencia a familias aisladas, los programas sociales en marcha y cómo la comunidad puede colaborar ante el aumento de necesidades en el invierno.
En una nueva edición del programa Despertate, conversamos con María Márquez y Florencia Gómez, secretaria y subsecretaria de Desarrollo Comunitario del municipio, quienes compartieron un panorama completo sobre el trabajo que lleva adelante el área frente a la creciente demanda social agravada por las últimas lluvias e inundaciones.
“La Secretaría de Desarrollo Comunitario aborda lo cotidiano de la vida familiar desde dos grandes ejes: la Promoción Social y la Subsecretaría de Niñez, Adolescencia y Familia”, explicó Márquez. Bajo su órbita funcionan áreas clave como Discapacidad, Adultos Mayores, Trabajo Social, el Centro de Desarrollo Infantil (CDI) y el Centro Integrador Comunitario. Por su parte, Gómez puntualizó que la subsecretaría a su cargo gestiona programas como Envión, Prohijo, Casa de Abrigo y el servicio local de atención a la infancia.
Durante la entrevista, relataron la reciente intervención en Santos Unzué, donde una pareja de adultos mayores quedó aislada por la crecida. “No podían recibir ayuda ni provisiones. Fuimos con Defensa Civil y la Secretaría de Salud a asistirlos. Les llevamos alimentos, hicimos un control de salud, medicamentos y material de estimulación cognitiva para la señora, que estaba muy angustiada”, expresó Márquez. El caso, además de conmover por su gravedad, refleja el compromiso diario del equipo municipal. “Nos dijeron: ‘ustedes vinieron a traernos alegría’. Y con eso nos quedamos”, agregó.
La situación actual no es aislada. Las lluvias recientes y el deterioro de los caminos rurales complican el acceso a varias localidades, lo que ha llevado a fortalecer la atención remota y telefónica. Además, con la llegada del invierno, la demanda por abrigo, colchones, alimentos y gas se incrementa. Desde la Secretaría insisten en que el acompañamiento comunitario es vital. “Ropa de abrigo y calzado, sobre todo infantil y de números altos, es lo que más nos cuesta conseguir. Las donaciones son siempre bienvenidas y se canalizan a través de nuestra sede”, precisó Gómez.
Otro punto destacado fue la situación de la Casa de Abrigo, donde actualmente residen nueve niños, niñas y adolescentes con medidas judiciales de protección, a pesar de que el cupo máximo habilitado es de seis. “Esto nos plantea grandes desafíos. Nos ocupamos de todo: comida, escolaridad, actividades recreativas. Somos como cualquier casa, pero con una gran carga emocional y estructural”, sostuvo la subsecretaria.
La labor del área, muchas veces silenciosa, es esencial en contextos de emergencia y vulnerabilidad. “Estamos presentes desde el minuto uno, en cada situación, cada pedido, cada llamado”, concluyeron las funcionarias, reforzando el mensaje de cercanía, compromiso y trabajo en red.
Agencia MTR