Hijo de un comerciante venido a menos y criado en un hogar casi analfabeto hace 452 años nacía en Inglaterra, en Statford upon Avon William Shakespeare, quien llegó a tener acceso a la corte de la Reina Isabel. Hoy hace 400 años de su deceso.
Fue dramaturgo, poeta y actor venerado ya en su tiempo, pero su reputación no alcanzó las altísimas cotas actuales hasta el siglo XIX. Conocido en ocasiones como El Bardo de Avon -o simplemente El Bardo-, es considerado el escritor más importante en lengua inglesa y uno de los más célebres de la literatura universal.
Según la Enciclopedia Británia – Encyclopedia Britannica- «Shakespeare es generalmente reconocido como el más grande escritor de todos los tiempos, figura única en la historia de la literatura. La fama de otros poetas, tales como Homero y Dante Aligheri, o de novelistas como Miguel de Cervantes, León Tolstoy o Charles Dickens, ha trascendido las barreras nacionales, pero ninguno de ellos ha llegado a alcanzar la reputación de Shakespeare, cuyas obras se leen y representan con mayor frecuencia y en más países que nunca. La profecía de uno de sus grandes contemporáneos, Ben Jonson, se ha cumplido por tanto: “Shakespeare no pertenece a una sola época sino a la eternidad”».
El crítico estadounidense Harold Bloom sitúa a Shakespeare, junto a Dante Alighieri, en la cúspide de su “canon occidental”: «Ningún otro escritor ha tenido nunca tantos recursos lingüísticos como Shakespeare, tan profusos en Trabajos de amor perdidos que tenemos la impresión de que, de una vez por todas, se han alcanzado muchos de los límites del lenguaje. Sin embargo, la mayor originalidad de Shakespeare reside en la representación de personajes:Botton es un melancólico triunfo; Shylock, un problema permanentemente equívoco para todos nosotros; pero sir John Falstaff es tan original y tan arrollador que con él Shakespeare da un giro de ciento ochenta grados a lo que es crear a un hombre por medio de palabras».
Jorge Luis Borges escribió sobre él diciendo que Shakespeare es el menos inglés de los poetas de Inglaterra, por su universalidad.
En el siglo XX, sus obras fueron adaptadas y redescubiertas en multitud de ocasiones por todo tipo de movimientos artísticos, intelectuales y de arte dramático. Las comedias y tragedias shakespearianas han sido traducidos a las principales lenguas, y constantemente son objeto de estudios y se representan en diversos contextos culturales y políticos de todo el mundo. Por otra parte, muchas de las citas y aforismos que salpican sus obras han pasado a formar parte del uso cotidiano, tanto en inglés como en otros idiomas. Y en lo personal, con el paso del tiempo, se ha especulado mucho sobre su vida, cuestionando su sexualidad, su filiación religiosa, e incluso hasta su identidad. Recientemente se ha mención que Shakespeare fue el seudónimo de una mujer, llamado Amelia Bassano Lanier, italiana y de origen judía, de ahí sus cuestionamientos sobre el sexo y la religión.