Desde el autódromo ya estamos palpitando las pruebas de tanques llenos, mientras se escucha el rugir de los motores en boxes y aquellos que aceleran ya rumbo a encarar la pista.
Acaban de dar la primera vuelta, llegan a pasar frente al paredón de boxes a 260 km/h y el sonido de los escapes la pone una sonrisa a los todos los entusiastas “fierreros” que desde temprano y aún con la temperatura baja de esta mañana, ya están en pegados al alambrado al final de la recta principal.