El mensaje de Donald Trump a Javier Milei encierra algo más que un gesto de apoyo político. Su frase —“si Milei pierde, no seremos generosos con la Argentina”— funciona como un acto político en sí mismo, cargado de intencionalidad simbólica y emocional.
Más que un respaldo, es una advertencia: una forma de condicionar el voto y de trasladar al pueblo argentino la responsabilidad del destino nacional. Transfiere culpas anticipadas a los votantes.
1. Un acto político, no una opinión
En tiempos donde la comunicación se volvió espectáculo, cada palabra de un líder global se mide como una jugada. Trump no opina: actúa. Su mensaje tiene el formato de una amenaza velada. Al decir que Estados Unidos —o él, en su figura personalista— “no será generoso”, instala la idea de que el futuro del país dependerá de una relación de obediencia. No hay neutralidad posible: o se apoya a Milei o se sufre el castigo.
El exmandatario norteamericano habla desde la lógica del poder, no desde la solidaridad. Y convierte un proceso electoral argentino en una pieza de su propio tablero ideológico global.
2. La transferencia de culpa
La frase también cumple una función psicológica y política: desplazar la responsabilidad. Si Milei pierde, la culpa no será de sus políticas, ni de sus decisiones, sino del pueblo que “no entendió”. Es la vieja fórmula del liderazgo infalible: el error nunca proviene de arriba, sino de la base que no acompañó.
Trump formula un tipo de culpa colectiva anticipada. Un modo de decir: “Si las cosas salen mal, será por ustedes”. De este modo, la democracia se vacía de contenido porque ya no hay espacio para la deliberación ni para la crítica: quien no adhiere, traiciona.
3. El miedo y la culpa como estrategia emocional
Toda manipulación política necesita emociones fuertes. En este caso, el miedo (“no seremos generosos”) y la culpa (“si pierde, es culpa del pueblo”) funcionan como motores de alineamiento. La frase no invita a pensar, sino a temer.
El votante se vuelve rehén de un discurso donde el castigo reemplaza al argumento. Y cuando el voto se decide desde la amenaza y no desde la convicción, la democracia se convierte en una obediencia emocional.
4. El lenguaje imperial disfrazado de camaradería
Trump se coloca en el rol del poder que concede o retira su favor. Su mensaje reproduce una lógica conocida en América Latina: la del paternalismo imperial. La Argentina aparece como un territorio dependiente, que debe comportarse para recibir ayuda.
Este tipo de retórica no solo refuerza la subordinación simbólica, sino que legitima una visión del mundo donde unos pocos deciden el destino de los demás. Detrás del tono amistoso hay una afirmación de jerarquía: los poderosos son los que “premian” a quienes se alinean.
5. El espejo interno: Milei y el pueblo culpable
El mensaje también refleja una sintonía profunda con la narrativa de Milei. Ambos comparten la idea del líder providencial, aquel que encarna la verdad frente a un pueblo que debe “despertar”.
En esa visión, la derrota no es un hecho político, sino una falla moral del votante. La culpa no se asume desde el gobierno, se proyecta hacia la sociedad. Así, Milei y Trump terminan hablándole no a ciudadanos libres, sino a creyentes que deben permanecer fieles para no provocar la ira de sus salvadores.
Una advertencia que revela más de lo que dice
Trump habla desde la distancia, pero su mensaje resuena con fuerza en la política argentina. No se trata solo de una frase provocadora, sino de un modo de entender el poder: vertical, emocional, y moralmente excluyente.
Cada vez que un dirigente transforma al pueblo en culpable de su propio destino, lo que se erosiona no es una gestión, sino la esencia misma de la democracia. Porque en una república, el voto no debe ser un acto de obediencia, sino una decisión libre y consciente.
Y lo grave que se bulnera un principio esencial del nacimiento del país que se discutio en 1810: La autodeterminación de los pueblos.
Y cuando el castigo se convierte en argumento, la libertad empieza a temblar y la democracia a fracasar.
*Director-creador del Grupo-Multimedios Cadena Nueve-Periodista-Abogado-Consultor de Medios-Autor de: ‘Delitos en la Prensa’-La Plata,1983-‘La Noticia en Imagen’, Pamplona 1991-‘Lo Mejor de Dios, Ellas’, El Remanso, 2007