La provincia de Buenos Aires se prepara para una elección provincial decisiva que no solo renovará gran parte de la Legislatura, sino que también servirá como termómetro político con vistas a 2027.
En total, se pondrán en juego 69 bancas: 46 en la Cámara de Diputados y 23 en el Senado bonaerense. La nueva conformación regirá desde diciembre y marcará los dos últimos años de gestión de Axel Kicillof.
La disputa será especialmente relevante para el oficialismo, que si bien conserva la primera minoría en ambas cámaras, depende de acuerdos legislativos para avanzar con su agenda. Además, se juega mucho para las principales fuerzas de la oposición, que buscan reordenarse tras las tensiones internas y la irrupción de La Libertad Avanza.
Renovación por secciones y un sistema complejo
La provincia está dividida en ocho secciones electorales. En cuatro de ellas se eligen diputados provinciales y en las otras cuatro, senadores. El reparto se hace mediante el sistema de “cociente Hare”, lo que obliga a los partidos a superar un piso electoral que varía según la sección. A modo de ejemplo, en la Sexta sección, donde se eligen 11 diputados, el piso mínimo es del 9,09%.
Las principales batallas estarán en la poderosa Tercera sección (sur del conurbano), donde se renuevan 18 bancas de diputados, y en la Primera (norte y oeste del conurbano), con 8 senadores en juego. Estas regiones concentran gran cantidad de votantes y suelen inclinar la balanza electoral.
Diputados: un mapa fragmentado y alianzas en revisión
La Cámara baja bonaerense llega a esta elección con una alta fragmentación: nueve bloques y varios monobloques. El peronismo y aliados cuentan hoy con 37 diputados, pero necesitan aliados para alcanzar la mayoría. De esas bancas, 19 están en juego.
El PRO, que actualmente tiene 13 diputados, arriesga 8 lugares, aunque este año se presenta en tándem con La Libertad Avanza. En esa alianza, 5 de sus actuales 12 diputados terminan mandato, incluidos los que se separaron para formar el bloque PRO Libertad, cercano a Patricia Bullrich.
Otros espacios con representación también enfrentan desafíos:
UCR + Cambio Federal, alineado con Maximiliano Abad, arriesga 5 de sus 9 escaños.
Somos Buenos Aires, sector más cercano a Facundo Manes, va por 5 de sus 6 bancas.
Coalición Cívica renueva 1 de sus 3 diputados.
Frente de Izquierda, pone en juego sus dos bancas.
Unión Renovación y Fe (ligado a Carlos Kikuchi), no renueva ningún legislador este año.
El monobloque Derecha Popular conserva su banca hasta 2027.
Senado: el oficialismo busca sostenerse sin perder margen de negociación
La Cámara alta también renueva la mitad: 23 bancas. El bloque oficialista, hoy bajo el nombre Fuerza Patria, cuenta con 21 senadores y pone en juego 10 bancas. Si bien es primera minoría, no tiene quórum propio, por lo que necesita fortalecer su posición.
En la oposición, el PRO arriesga 4 de sus 9 senadores, mientras que LLA pone en juego una banca. Los libertarios de Unión y Libertad, con 3 miembros, no arriesgan este año.
El bloque UCR-Cambio Federal es el que más se juega en el Senado: 5 de sus 6 bancas estarán en disputa. Solo una senadora, Nerina Neumann, mantiene su lugar hasta 2027.
Por otro lado, el espacio Somos Buenos Aires intentará revalidar sus dos bancas, y el monobloque Derecha Popular, conducido por Joaquín de la Torre, quedará fuera del Senado.
Un resultado con proyección nacional
Más allá de la disputa legislativa, esta elección será leída como una antesala de la pelea presidencial de 2027. Para el oficialismo, conservar fuerza en la Legislatura es clave para garantizar gobernabilidad en el tramo final de Kicillof. Para la oposición, en sus múltiples versiones, es una oportunidad para recuperar terreno y posicionar liderazgos.
La contienda bonaerense promete ser reñida, con alianzas en transformación y nuevos actores que buscan su lugar. Cada voto contará no solo para definir bancas, sino también para delinear el mapa político que viene.