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El arte saqueado por los nazis que apareció en una casa de Mar del Plata

Una obra robada por el régimen nazi en 1940 fue identificada por accidente en una foto de inmobiliaria. Estaba colgada en el living de una vivienda familiar ligada a un jerarca de las SS refugiado en Argentina

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El “Retrato de una dama”, obra del pintor italiano Giuseppe Ghislandi, robada por los nazis en Ámsterdam durante la Segunda Guerra Mundial- Apareció en Mar del Plata

Una simple foto inmobiliaria desató un escándalo internacional con ecos del pasado más oscuro de Europa. En Mar del Plata, colgado sobre el sofá de una casa en venta, reapareció el Retrato de una dama, obra del pintor italiano Giuseppe Ghislandi, robada por los nazis en 1940 en Ámsterdam. La imagen, publicada en el sitio de la inmobiliaria Robles Casas & Campos, permitió identificar la pintura desaparecida durante más de ocho décadas.

La vivienda, ubicada en el barrio Parque Luro, pertenecía a la hija de Friedrich Kadgien, un funcionario nazi y miembro de la SS que, tras la Segunda Guerra Mundial, se refugió en Argentina. Kadgien fue parte del círculo cercano de Hermann Göring, uno de los máximos jerarcas del Tercer Reich y responsable directo del saqueo sistemático de arte en los territorios ocupados.

La pintura había pertenecido originalmente a Jacques Goudstikker, un prominente coleccionista y comerciante judío dueño de una de las galerías más importantes de Holanda. Goudstikker intentó huir de los nazis en 1940, pero murió trágicamente en la bodega de un barco rumbo a Inglaterra. Semanas después, su colección fue vendida forzadamente: Göring compró 1.113 piezas a una fracción de su valor real. Entre los beneficiarios estuvo Kadgien, quien acumuló parte del botín cultural saqueado.

La pista que nació de una foto

El hallazgo no fue fruto del azar, sino del trabajo de investigación del diario neerlandés Algemeen Dagblad (AD), que durante más de una década siguió la pista de Kadgien y su familia. Su corresponsal en Buenos Aires, Peter Schouten, viajó hasta Mar del Plata con una dirección en la mano. No logró ser recibido, pero notó un detalle revelador: la casa estaba en venta.

Fue su colega Cyril Rosman quien ingresó al sitio de la inmobiliaria y encontró el indicio clave: en la quinta foto del aviso, colgado en el living, estaba el retrato perdido de la condesa Colleoni, firmado por Ghislandi.

Inmediatamente, expertos de la Agencia Neerlandesa del Patrimonio Cultural analizaron la imagen. Confirmaron que las dimensiones, la paleta de colores y la composición coincidían con la obra original robada. Aunque señalaron que se requiere un examen físico del reverso para confirmar sin lugar a dudas su autenticidad, las señales son concluyentes.

La noticia fue recibida con emoción por Marei von Saher, nuera y heredera de Goudstikker, quien desde hace décadas encabeza una cruzada legal para recuperar las obras saqueadas. “Nuestro objetivo es restituir cada pieza robada y restaurar el legado de Jacques”, declaró.

Movimientos judiciales y nuevas pistas

En Argentina, la revelación provocó una rápida reacción judicial. El fiscal federal Carlos Martínez inició una investigación por presunto encubrimiento de contrabando y ordenó el allanamiento de la vivienda ubicada en la calle Padre Cardiel al 4100. Sin embargo, al momento del operativo, el cuadro ya no estaba allí.

Además, la pesquisa abrió otra línea de investigación: en una antigua publicación en redes sociales de una de las hijas de Kadgien apareció en 2012 la imagen de un bodegón floral atribuido a Abraham Mignon, otra pieza que figura como desaparecida desde el conflicto bélico. Los expertos, sin embargo, se muestran prudentes y aclararon que por el momento no hay pruebas suficientes para confirmar su autenticidad ni su procedencia ilegal.

El arte robado y su ruta hacia Sudamérica

El caso del Retrato de una dama revela cómo parte del patrimonio artístico europeo saqueado por los nazis encontró refugio en Sudamérica, especialmente en Argentina, país que fue destino de numerosos jerarcas nazis tras el final de la guerra. La historia también pone de manifiesto la importancia de las imágenes y las redes digitales como herramientas modernas en la restitución del arte robado.

Más de 80 años después del robo original, una foto publicada por una inmobiliaria marplatense volvió a poner en movimiento la maquinaria de la historia. Lo que parecía una propiedad común, escondía en sus paredes una pieza con un pasado manchado por la guerra, el saqueo y el exilio.

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