¿UCR con LLA o Juntos por el Cambio? La alianza silenciosa que sacude al Concejo Deliberante de Nueve de Julio
Una foto alcanzó para encender una sospecha que venía creciendo en voz baja entre dirigentes y militantes: ¿el radicalismo local está tejiendo una nueva alianza con La Libertad Avanza, o simplemente busca reposicionarse dentro de Juntos por el Cambio?
Dicen que una imagen vale más que mil palabras. Y la reciente foto del presidente del bloque libertario, Luis Moos, participando junto a un miembro de su espacio en una reunión organizada por el comité local de la Unión Cívica Radical no pasó desapercibida. Aunque el encuentro giraba en torno a la rendición de cuentas del Ejecutivo —presentada por la concejala radical Marcela Regalía—, el gesto político fue elocuente. ¿Se trata de una colaboración institucional o del preludio de un nuevo frente electoral?
Desde que comenzó el nuevo período legislativo, Moos ha ejecutado una jugada política audaz: se desentendió de los actores que contribuyeron a su llegada al Concejo —incluyendo al candidato a intendente y a jóvenes libertarios— y, con movimientos calculados, logró alinear a toda la oposición frente al oficialismo del PRO. Esta nueva mayoría dejó en minoría a la intendenta, generando un cimbronazo político.
Lo que al principio parecía una coincidencia en las votaciones hoy toma otro color. ¿Acaso estamos viendo el nacimiento de una alianza estratégica entre la UCR y LLA?
Se suma que la referente importante de Unión por la Patria – Julia Crespo -, por no sumarse a una jugada ‘políticamente peligrosa’ fue calificada de ‘amarilla’, so pretexto que lo ético y un límite era símbolo de acercamiento al Ejecutivo.
Por su parte, el líder radical Ignacio “Nacho” Palacios ha afirmado que hay dos figuras que no son compatibles con los principios de la UCR: Javier Milei y Cristina Fernández. Sin embargo, los hechos parecen contradecir esa línea discursiva. El radicalismo local ha votado en más de una ocasión en sintonía con los libertarios, replicando una dinámica que también se observa en otras provincias, como Chaco.
Las voces institucionales del radicalismo, como Romina López (presidenta del partido local) y el diputado Valentín Miranda, insisten en revitalizar Juntos por el Cambio. Pero en los hechos, lo que se percibe es otra cosa: un distanciamiento progresivo del PRO y una cercanía funcional con LLA que genera incomodidad.
Se suman, más reciente, los encuentros del Intendente de Junín, Pablo Petrecca que además es el vicepresidente segundo del PRO y el senador nacional -UCR-Maximiliano Abad, quien durante los últimos cuatro años estuvo a cargo del Comité Provincia. Y el mismo jefe comunal de Junín con Miguel Fernández quien ahora arma el regreso de Juntos por el Cambio.
Los históricos militantes radicales no disimulan su preocupación.
Se sienten huérfanos de conducción, desorientados, y advierten que los valores fundacionales del partido —el respeto a la mayoría, la vocación republicana, la justicia social— están en riesgo. Recuerdan que la actual intendenta, la primera mujer en ocupar ese cargo en Nueve de Julio, obtuvo más votos que cualquier otro dirigente desde 1983. ¿Por qué, entonces, no se respeta su legitimidad?
Muchos temen que una eventual alianza con La Libertad Avanza, tan distinta en su concepción del Estado y de la democracia, termine traicionando el legado de Alem, Yrigoyen y Alfonsín. Como se escucha en los pasillos políticos: una cosa es colaborar en el recinto, otra muy distinta es pactar poder.
El video del encuentro que incluía a Moos fue rápidamente editado y recortado, ante el enojo de varios militantes que se preguntaban: “¿Quién lo autorizó? ¿Nos representa? ¿Es libertario o peronista?”. Las respuestas no llegan, y el desconcierto crece.
En la práctica, el radicalismo local parece más enfocado en desgastar al Ejecutivo que en construir una alternativa clara junto a sus aliados históricos del PRO. Y si bien es legítimo el juego político, la sociedad merece saber qué hay detrás de estos movimientos.
¿Cuál es hoy la propuesta concreta del radicalismo?
¿Está dispuesto a sostener la coalición de Juntos por el Cambio o prepara una fórmula mixta con LLA?
¿Hay vocación de consenso o solo una estrategia de desgaste?
La política exige definiciones. No alcanza con los gestos ni con las fotos. Los dirigentes deben hablar con claridad y hacerse cargo de sus decisiones. Lo que está en juego no es solo el mapa electoral de 2025: es la confianza de los ciudadanos en una política con principios.
Y al final del día, como siempre, serán las urnas las que hablen.
Pero para entonces, la ciudadanía ya habrá tomado nota de quién jugó para sí… y quién lo hace en modo vecino, con vocación de servicio.
Es el nuevo pedido fuerte de la ciudadanía ante el cambio de época: transparencia y coherencia.