Con el alma del campo vibrando en cada trote, más de 400 jinetes y caballos se reunieron este sábado 26 de abril en el paraje Solanet para rendir tributo al centenario de una de las gestas ecuestres más asombrosas de la historia: la travesía de los caballos criollos Mancha y Gato desde Buenos Aires hasta Nueva York, liderados por el suizo Aimé Félix Tschiffely en 1925.
El homenaje comenzó con una imponente cabalgata que partió desde Solanet hasta la histórica estancia El Cardal, cuna de los célebres caballos.
Participaron agrupaciones ecuestres, criadores, vecinos y visitantes, junto con la destacada presencia del Escuadrón Tacuari de los Granaderos a Caballo, cuyos miembros montaban ejemplares de raza criolla, en un tributo vivo a la resistencia, nobleza y versatilidad del caballo argentino.
La celebración no se limitó al desfile. A lo largo del día, el aire se llenó de música, asado y tradición en una gran peña popular que se extendió hasta bien entrada la noche. Fogones, guitarras y danzas pusieron el broche de oro a una jornada que honró no sólo a los animales y su jinete, sino a una identidad criolla que sigue cabalgando fuerte en el corazón del país.
Hace exactamente cien años, el 24 de abril de 1925, Mancha y Gato partieron hacia una aventura de más de 21.000 kilómetros a través de montañas, selvas y desiertos, llevando consigo el espíritu indomable del caballo criollo. Hoy, Argentina recuerda y celebra ese legado con emoción y orgullo.
Entre los anfitriones del homenaje se destacaron Emilio Solanet —nieto de Don Emilio Solanet, quien seleccionó a los caballos en la Patagonia— y su esposa Constancia Saubidet, ambos profundamente comprometidos con la preservación de esta historia y la organización de los actos conmemorativos.
Gato y Mancha: A 100 años de la travesía de Aimé Tschiffely que unió un continente a lomo de caballo