La decisión del gobierno de suspender las retenciones al campo hasta el 30 de octubre ha generado diversas reacciones en el sector agropecuario. Emilio Gallo Llorente, productor y empresario del rubro, se mostró cauteloso respecto a los posibles beneficios de esta medida. En una entrevista con Gustavo Tinetti en Despertate por Cadena Nueve, Máxima 89.9 y Vision Plus TV, el referente del campo remarcó que, aunque los productores puedan obtener algún alivio momentáneo, esta acción no resolverá los problemas estructurales que enfrenta el sector.
Según Gallo Llorente, la suspensión temporal de las retenciones, que se había implementado con el fin de aliviar la carga fiscal en un contexto económico complejo, no tiene el impacto esperado en el mediano y largo plazo. El productor aseguró que lo que se necesita es una reforma profunda que contemple la eliminación definitiva de las retenciones, así como una mejora en la infraestructura rural, uno de los mayores cuellos de botella para el desarrollo del campo argentino.
“Es un respiro momentáneo, pero no es una solución definitiva”
A pesar de que algunos productores podrían ver un beneficio inmediato por la suspensión de las retenciones, Gallo Llorente fue contundente en su diagnóstico: “No es suficiente. Si bien algunos productores pueden aprovechar esta suspensión hasta el 30 de octubre, no estamos resolviendo lo que está en juego: la competitividad del sector. Esta medida es un parche que no soluciona el déficit de infraestructura, ni la distorsión que genera el sistema de retenciones actuales.”
Además, el productor indicó que los costos elevados de insumos dolarizados, la inflación y la falta de previsibilidad son otros factores que siguen presionando al sector agropecuario. “La medida es un respiro momentáneo, pero no es una solución definitiva”, insistió Gallo Llorente.
El impacto social de una medida insuficiente
Gallo Llorente también se mostró preocupado por el impacto social que podría generar una medida de este tipo, que si bien podría beneficiar a algunos productores, no solucionará el aumento de los precios de los alimentos. “El impacto no será solo en los productores. El aumento de precios de la canasta básica seguirá siendo un problema para los consumidores, especialmente los sectores más vulnerables de la sociedad. No se puede seguir resolviendo todo con parches”, agregó el productor.
“Es urgente una reforma estructural”
Para el productor agropecuario, la solución pasa por un compromiso serio y sostenido por parte del gobierno, que contemple no solo la eliminación definitiva de las retenciones, sino también una revisión del sistema de transporte y la infraestructura rural. “Es urgente una reforma estructural que apunte a la competitividad del campo argentino. Los productores no solo enfrentan los costos de los insumos, sino que además deben lidiar con una infraestructura obsoleta que encarece el transporte y limita el desarrollo”, señaló Gallo Llorente.
A largo plazo, el empresario sugirió que una política de Estado en el sector agropecuario debería incluir, además de la eliminación de las retenciones, un plan para mejorar las rutas y caminos rurales, de manera que los costos logísticos se reduzcan y los productos puedan llegar a los mercados internacionales de forma más eficiente.
El rol de la política económica en el sector agropecuario
En su intervención, Gallo Llorente también expresó que las medidas adoptadas por el gobierno parecen estar más orientadas a una solución electoral que a una estrategia económica a largo plazo. “Estamos en un momento electoral, y estas medidas son una forma de aliviar temporalmente la situación. Pero lo que se necesita es una política económica coherente que tenga en cuenta las necesidades reales del campo y del país, no medidas transitorias que no resuelven nada”, concluyó el productor.
Si bien la suspensión de las retenciones podría otorgar un respiro momentáneo a los productores agropecuarios, Emilio Gallo Llorente destacó que la verdadera solución pasa por una reforma integral que contemple la eliminación definitiva de las retenciones y una mejora en la infraestructura rural. La medida del gobierno, en su opinión, no aborda los problemas estructurales y podría tener efectos negativos para la economía en su conjunto.