Poco antes del amanecer, mientras la ciudad apenas despierta, un grupo de aproximadamente 40 hombres se congrega en silencio en la histórica Catedral Primada de América. Portan rosarios, estampas y una profunda devoción. Lo hacen cada sábado, sin interrupciones, desde el 27 de septiembre de 2014. Han pasado más de diez años, y la cita cada 14 días con la Virgen María permanece inalterable.
“Esto comenzó con la inquietud de responder al llamado de la Virgen: rezar por la conversión de los corazones y por la paz del mundo.
La iniciativa —surgida de laicos comprometidos con su fe— busca visibilizar la figura del varón orante, donde a través del Rosario, los participantes meditan en los misterios de la vida de Jesús y de María, mientras presentan sus intenciones ante Dios.
Oración pública, intención profunda
Las intenciones que guían el Rosario cada sábado son tan variadas como urgentes: por la conversión de las familias, por los enfermos, por los sacerdotes y religiosos, por los que sufren en silencio, por las vocaciones, por los jóvenes, y por la paz en el país y el mundo. También se ora por las almas del purgatorio y por los difuntos de cada familia y nuevejulienses.
Compromiso y perseverancia
A lo largo de estos años, ni las tormentas, ni pandemia ni los compromisos personales han interrumpido este gesto de fe. En ocasiones han sido pocos, en otras han llenado el templo. Pero siempre están.