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El obispo de Nueve de Julio visitó Mozambique y celebró el Ofertorio Solemne junto al padre Guillermo Gómez

Monseñor Ariel Torrado Mosconi viajó a la provincia de Nampula, donde el sacerdote con tareas en Lincoln desarrolla desde hace seis meses una intensa misión pastoral y social en la parroquia San Pedro de Quillagee

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El obispo de la Diócesis de Nueve de Julio, monseñor Ariel Torrado Mosconi, viajó recientemente a Mozambique para visitar al padre Guillermo Gómez, el sacerdote que desde hace seis meses lleva adelante una misión en la provincia de Nampula, al norte del país africano. Allí, en la joven parroquia San Pedro de Quillagee, ambos participaron de una celebración denominada Ofertorio Solemne, una instancia litúrgica especialmente significativa para la comunidad local.

El padre Gómez, que viajó desde Lincoln, trabaja en una región marcada por la pobreza y la falta de infraestructura, donde la Iglesia se convirtió en un actor clave para sostener y acompañar a las familias. Entre pozos de agua, desayunos escolares, programas de alfabetización y acompañamiento pastoral, el misionero se esfuerza por ofrecer no solo la palabra de Dios, sino también educación, dignidad y soluciones para necesidades cotidianas básicas que afectan a miles de personas.

En este contexto, la presencia de monseñor Torrado Mosconi llevó ánimo espiritual y apoyo institucional a una comunidad que crece con esfuerzo y fe.

El Ofertorio Solemne es una celebración litúrgica dentro de la Misa en la que se presentan las ofrendas —tradicionalmente pan y vino— de una manera más ceremonial y participativa. En este caso, lo que los habitantes de la región ofreciero conforme a sus tradiciones y costumbres.

En su forma solemne:

  • Los fieles llevan al altar dones materiales o espirituales, expresando agradecimiento, esperanza y compromiso comunitario.

  • El sacerdote realizó oraciones más amplias y significativas, destacando la unión entre la vida cotidiana del pueblo y el sacrificio eucarístico.

  • La comunidad se hizo protagonista, ofreciendo lo que tiene y lo que es, no solo para la Misa sino como expresión de entrega, fe y vida compartida, maxime ante la presencia del Obispo de Nueve de Julio.

En lugares de misión, como Mozambique, el Ofertorio Solemne cobra un valor especial: permite que la comunidad presente sus realidades concretas —trabajo, necesidades, frutos de la tierra, esfuerzos por educar o construir— en un gesto de profunda comunión espiritual.

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