Este lunes se vivió una jornada de gran relevancia en la ciudad de Nueve de Julio, donde la emergencia hídrica motivó un encuentro con fuerte presencia institucional. En la sede de la Cámara de Comercio local, la Sociedad Rural Argentina (SRA) llevó adelante una reunión encabezada por su presidente, Nicolás Pino, quien, junto a dirigentes, funcionarios y especialistas, puso el foco en la situación crítica que atraviesa la región por el exceso hídrico y la necesidad urgente de retomar las obras de infraestructura de fondo, particularmente el Plan Maestro de la Cuenca del Salado.
“Decidimos hacer esta reunión aquí porque entendemos que no se puede mirar para otro lado. Tenemos más de un millón de hectáreas bajo agua y eso no se puede permitir en la Argentina de hoy”, sostuvo Pino a Cadena Nueve, remarcando la necesidad de visibilizar el drama productivo que afecta a productores del distrito nuevejuliense y la región.
Obras inconclusas y crisis cíclica
Uno de los momentos más esperados de la jornada fue la exposición técnica del ingeniero Marcelo Rastelli, exfuncionario de la Dirección de Hidráulica de la Provincia de Buenos Aires y profundo conocedor del tema. Rastelli recordó que el Plan Maestro del Salado, iniciado hace más de dos décadas, aún no está completo, y que la demora en la ejecución de las obras complementarias agrava la vulnerabilidad de amplias zonas del noroeste bonaerense.
“El río Salado fue elegido como eje de evacuación de excedentes hídricos, y buena parte del cauce principal ya ha sido adecuadamente intervenido. Pero aún faltan obras esenciales: canales troncales y secundarios que permitan que el agua efectivamente llegue al río y se drene. Sin eso, estamos en un embudo”, explicó el ingeniero, quien subrayó además que esta situación no es nueva: “Pasamos de la sequía a la inundación en pocos meses. Y lo peor es que esta situación se repite cíclicamente, sin soluciones estructurales.”
Gestión y política de Estado
Por su parte, la intendenta de Nueve de Julio, María José Gentile, celebró la conformación de una mesa de coordinación hídrica, que tuvo su primer encuentro en horas de la mañana con la participación de representantes del Ministerio de Desarrollo Agrario bonaerense, Vialidad, la Dirección de Hidráulica, el municipio y las entidades agropecuarias.
“Pudimos dejar sentadas nuestras necesidades, las obras que se han hecho y las que aún faltan, y logramos algo muy valioso: que todos los actores estén sentados en una misma mesa. Hoy la prioridad es resolver lo urgente, pero sin perder de vista las obras estructurales que necesitamos para el futuro”, expresó Gentile.
En ese sentido, valoró especialmente la presencia del Secretario de Agricultura de la Nación, Sergio Iraeta, quien —según manifestó la propia jefa comunal— “conoce muy bien la zona y está gestionando la activación del fondo hídrico que permitiría continuar con las obras pendientes”.
Una problemática que excede a lo local
La crisis hídrica en Nueve de Julio no es un fenómeno aislado. Según datos aportados por técnicos y funcionarios, hay una vasta extensión de campos anegados en varios distritos bonaerenses. La situación golpea de lleno a la producción agropecuaria, a la infraestructura vial y a la vida cotidiana de los vecinos rurales.
Desde la Sociedad Rural Argentina remarcaron que si bien no tienen capacidad ejecutiva, como entidad gremial pueden impulsar visibilidad y gestionar ante el gobierno nacional para que las soluciones lleguen. “Es hora de que esto sea política de Estado, sin importar quién gobierne”, afirmó Pino.
Lo que viene en Nueve de Julio
El compromiso asumido por todos los presentes fue claro dijo María José Gentile: volver a reunirse dentro de 10 días para evaluar avances y planificar nuevas acciones. Mientras tanto, se espera que las gestiones de Nación y Provincia puedan acelerar la liberación de fondos y que las obras que forman parte del Plan Maestro del Salado finalmente se retomen con continuidad y decisión.
La jornada concluyó con una fuerte señal de unidad entre las partes: productores, funcionarios, técnicos, dirigentes y representantes del comercio coincidieron en la urgencia de actuar. La crisis hídrica de 2025 exige más que parches: necesita planificación, inversión y voluntad política sostenida.