Como cada sábado, el grupo de Madrugadores del 9 de Julio se congregó en la Catedral Santo Domingo a partir de las 7:00 horas para rezar el Santo Rosario. La jornada contó con la presencia de dos nuevos integrantes, quienes se unieron a la comunidad en una mañana de profunda espiritualidad y fraternidad.
El encuentro se desarrolló a los pies de la Virgen María, con múltiples intenciones ofrecidas por los participantes. Se oró por la salud de seres queridos, por el descanso eterno de familiares fallecidos, por proyectos comunitarios y personales, y también por el aumento de la fe y la paz en el mundo.
Entre las intenciones destacadas, se pidió por la salud de Eduardo, Enrique, Rodolfo, Claudia, Silvia, Julio, Guillermo, Carmen y Carlos, entre muchos otros. También se agradeció por la vocación de tres seminaristas próximos a ser ordenados, y se elevaron súplicas por el nuevo salón para los Madrugadores y por los desafíos laborales y familiares de los presentes.
El rezo fue acompañado por cantos tradicionales como “Dios está aquí”, generando un clima de recogimiento y devoción. Durante los misterios del Rosario se intercalaron pasajes del Evangelio y oraciones espontáneas. Uno de los momentos más emotivos fue la súplica comunitaria: “Madre, te pedimos perdón por nuestras faltas y gracias por estar unidos en la creación del día de hoy”.
La oración concluyó cerca de las 7:45 de la mañana, dejando en los asistentes una renovada sensación de paz, comunidad y esperanza. Los Madrugadores invitan a todos los hombres que deseen comenzar el día en oración a sumarse los sábados por la mañana, sin necesidad de inscripción previa.