La crisis hídrica que afecta a varios distritos bonaerenses ha alcanzado niveles alarmantes, con campos inundados, producción dañada y caminos intransitables. En una región donde las lluvias ya han superado la media anual en solo los primeros meses del año, las autoridades locales exigen respuestas rápidas y soluciones a largo plazo.
Los Municipios de Carlos Casares, Pehuajó, Bolívar y Nueve de Julio, duramente golpeados por el desborde de agua, enfrentan una emergencia que las obras municipales no han podido mitigar. Con precipitaciones acumuladas que superan los 900 mm en algunas zonas, las soluciones locales se han visto desbordadas, y la obra central de la Cuenca del Salado sigue atrasada.
El jefe comunal de Carlos Casares, Daniel Stadnik, propone una reunión urgente entre los intendentes de la región y los productores para encontrar soluciones conjuntas ante esta grave situación.
Su par de Nueve de Julio, María José Gentile, ha dado un paso más allá al convocar a la Autoridad del Agua Bonaerense para que visite el distrito y se realice una reunión regional. Gentile, quien viene interpretando el cambio de época y la necesidad de adaptarse a nuevas realidades climáticas, está convencida de que las respuestas no deben ser temporales, sino definitivas.
“A veces la naturaleza tiene un poder que no podemos controlar, pero debemos estar mejor preparados para enfrentar los imponderables”, expresó Gentile, quien ha sido una de las principales defensoras de que las obras de infraestructura no solo deben planificarse, sino ejecutarse de manera urgente para prevenir futuras catástrofes.
Sergio Berenghi, intendente de Bragado, que ya ha realizado obras preventivas debido a la cercanía del agua proveniente de Nueve de Julio, se ha sumado al reclamo.
Sin embargo, es Gentile quien ha sido más clara al exigir la intervención de las autoridades provinciales y nacionales para que no se desentiendan de la situación. Según la intendenta, es responsabilidad de esas jurisdicciones que las obras de infraestructura no se hayan terminado, y ahora, la emergencia requiere un abordaje integral y urgente.
Con la mirada puesta en el futuro, Gentile destacó que las soluciones deben ir más allá de la emergencia inmediata, buscando una preparación para las sequías y lluvias intensas que se avecinan. “Es hora de tomar decisiones definitivas, no temporarias”, concluyó la intendenta, dejando claro que la colaboración entre todos los niveles de gobierno y los productores es esencial para superar la crisis.
En medio de la tragedia que se vive en la región, se avizora una oportunidad para el diálogo, el trabajo conjunto y, sobre todo, la planificación para un futuro más resiliente.
Sin duda, este será el momento de demostrar que las autoridades locales y provinciales pueden unirse en la búsqueda de soluciones efectivas, dejando atrás la improvisación y poniendo en marcha proyectos que marquen la diferencia.