La mañana del sábado 8 de marzo, alrededor de 60 madrugadores se dieron cita en la Catedral Santo Domingo de Guzmán para participar en una nueva jornada de oración, un encuentro que ocurre cada 14 días a las 7:00 a.m., y que esta vez fue especialmente significativo. Con el rosario en mano, los fieles rezaron por la paz, la unidad, y la salud del Papa Francisco, quien atraviesa un delicado momento de salud.
Monseñor Ariel Torrado Mosconi, obispo de la diócesis, presidió la jornada con una reflexión sobre el camino cuaresmal y el llamado a la conversión. En un ambiente de profundo recogimiento, Torrado Mosconi expresó su cercanía a los madrugadores y a la comunidad, compartiendo que, a pesar de la vasta extensión de su diócesis y sus frecuentes viajes, siempre se une virtualmente a estos momentos de oración.
Durante la reflexión, el obispo destacó el mensaje de Cuaresma enviado por el Papa Francisco, quien invitó a los fieles a caminar juntos en esperanza. “La cuaresma no es un tiempo para quedarse estancados. Es un tiempo para ponernos de pie, para mejorar como personas y como cristianos”, afirmó el obispo.
El llamado a la esperanza fue uno de los temas centrales de la jornada, y Torrado Mosconi hizo hincapié en la importancia de fortalecer nuestra relación con Dios a través de la oración diaria. En este sentido, alentó a los participantes a dar un paso más en su vida espiritual, buscando una mayor conexión con Dios, no solo en los encuentros bimensuales, sino también en su vida cotidiana. “La vida de oración debe ser constante, aunque sea en pequeños momentos, como rezar una decena del Rosario o leer el Evangelio del día”, comentó.
Asimismo, el obispo recordó la importancia de los sacramentos, y ofreció a los asistentes la posibilidad de acercarse a la Unción de los Enfermos en la próxima madrugada, como una forma de recibir la gracia y fortaleza de Dios en tiempos de debilidad. “Este es un tiempo para renovar nuestra fe y nuestra esperanza. Caminar juntos en comunidad nos ayuda a mantenernos firmes en el camino”, señaló.
Con un fuerte espíritu de fraternidad, los madrugadores se unieron también para cantar la Salve, una oración dedicada a la Virgen María, pidiendo su intercesión y protección para cada uno de los participantes. Como cierre del encuentro, Torrado Mosconi impartió la bendición, invitando a todos a continuar caminando juntos en la fe.
Este encuentro espiritual se despidió con una foto grupal, mientras los fieles se unían en oración y reflexión, agradeciendo el don de la fe y la esperanza en este tiempo de Cuaresma. La transmisión del evento se cerró con una imagen del Beato Cardenal Eduardo Pironio, un símbolo de esperanza para todos los asistentes.
Así concluyó otra jornada de los Madrugadores del 9, reafirmando su compromiso de oración y apoyo mutuo en la búsqueda de una vida más plena en la fe.
Este tipo de eventos no solo refuerzan la vida espiritual de la comunidad, sino que también recuerdan la importancia de la unidad, la oración y el cuidado del prójimo. En tiempos difíciles, como los que atraviesa la Iglesia con la salud del Papa, el poder de la oración comunitaria se convierte en una fuerza vital para seguir adelante con esperanza.